Daniel Noboa se posesionó como el presidente más joven de Ecuador: estos son sus principales retos
El presidente electo de Ecuador, Daniel Noboa Azín, asumió la presidencia de su país después de más de un mes de desarrollarse la segunda vuelta presidencial en la que venció a la candidata correísta Luisa González.
Con 35 años de edad, Noboa llega al Palacio de Carondelet como el presidente más joven de la nación para cumplir con el periodo restante de Guillermo Lasso, quien declaró la muerte cruzada para acabar con su mandato y disolver la Asamblea Nacional.
Asimismo, el nuevo mandatario de los ecuatorianos asume el cargo más importante del país con una popularidad del 60%, pese a que era casi un desconocido en la política previo a las elecciones, según revelan los datos de la encuestadora privada Cedatos.
Su desafío principal será batallar con la grave crisis de seguridad que vive Ecuador por las numerosas bandas criminales asociadas a carteles mexicanos y colombianos que imponen el terror con cadáveres desmembrados, incinerados y colgados de puentes.
Para 2024, año electoral en Ecuador, habrá un déficit presupuestario de 5.000 millones de dólares (4% del PIB) y una necesidad de financiamiento de 10.000 millones (8%), según analistas.
El tema social también jugará un papel importante durante su corto mandato, pues de la población de 16,9 millones de personas, 3,1 millones tienen empleo, mientras que la pobreza -incluida la extrema- afecta al 38%, de acuerdo a cifras oficiales.
Por otra parte, Noboa deberá definir si reduce gastos, aumenta ingresos con más impuestos o consigue financiamiento externo cuando la deuda pública representa casi un 40% del PIB (47.545 millones de dólares).
Sobre su posesión, retos y desafíos habló Otto Sonnenholzner, exvicepresidente del Ecuador, quien participó de la primera vuelta presidencial en el país junto a Noboa.
Según dijo Sonnenholzner, el joven mandatario se enfrenta a un Ecuador que necesita intervención en materia de seguridad, económica y social.
“Es una triple crisis grave. Ecuador nunca terminó de levantar cabeza después de la pandemia, a esto se le sumó un deterioro de las cifras de seguridad inédito en la historia del país. Las muertes violentas se han quintuplicado… Ese es el escenario, sin recursos a nivel fiscal”, dijo