¿Por qué muerde el perro del presidente Biden? Factores estresantes de la Casa Blanca podrían ser la razón, según experta de Harvard
Commander, uno de los pastores alemanes del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha sido acusado de morder varias veces al personal de la Casa Blanca.
El mandatario y su esposa, Jill se mudaron a la Casa Blanca con dos perros, los pastores alemanes Champ y Major. Tras la muerte de Champ, la pareja presentó a su nueva mascota, Commander, otro perro de la misma raza.
Pero el "amigo" de Biden muerde, afirma la prensa estadounidense, que cita documentos del Servicio Secreto, a cargo de la seguridad de los altos funcionarios estadounidenses.
Los archivos fueron obtenidos a través de solicitudes de la organización conservadora Judicial Watch.
Según los documentos, Commander estuvo implicado en diez incidentes y, en uno de ellos, la víctima tuvo que ser atendida en el hospital.
En otro de los casos, Jill Biden "no pudo recuperar el control" del perro cuando embestía a un miembro del Servicio Secreto de la Casa Blanca, informaron los medios de comunicación estadounidenses.
"Creo que es sólo cuestión de tiempo hasta que un agente u oficial sea atacado o mordido", escribió un empleado de ese cuerpo de seguridad en un correo electrónico citado en los documentos.
El tema, que ha tenido una amplia cobertura en los medios estadounidenses, ha trascendido e incluso expertos de prestigiosas universidades como Harvard han emitido sus conceptos sobre el porqué del comportamiento agresivo expresado por el animal.
Erin Hecht, profesora asistente en el Departamento de Biología Evolutiva Humana de Harvard y líder del proyecto "Cerebros Caninos", considera que Commander podría estar siendo provocado por una serie de factores estresantes comunes en espacios como la Casa Blanca.
"Los perros son individuos, como las personas. Y al igual que las personas, tienen diferentes razones para responder de manera agresiva o temerosa en diferentes circunstancias", comentó la experta a The Harvard Gazette.
Hecht agrega que la mayoría de los perros muerden por miedo, no por ira, y la mayoría están programados para evitar morder a los humanos. "Como especie, sus cerebros están conectados para confiar en nosotros y asociarse con nosotros", dijo.
La experta resaltó que en casos como el de los Biden siempre es importante hacer que un profesional evalúe al animal, con el fin de descartar que existan problemas médicos subyacentes y elaborar con un experto un plan de manejo.
"Dependiendo del perro, ese plan podría incluir tratamiento médico, estrategias de entrenamiento, ajustar el entorno del perro, ajustar el comportamiento de las personas en el entorno o elegir mover al perro a un entorno diferente", dijo.
Hecht resaltó que el caso de Commander "es un recordatorio de alto perfil de un problema que afecta la vida de muchos perros y humanos todos los días", dijo.
La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, informó el pasado martes que la familia Biden "intenta encontrar soluciones", incluso designar una zona para que "Commander pueda correr y hacer ejercicio".
El director de comunicación de la primera dama reconoció en diálogo con medios que la Casa Blanca era un "lugar único y a menudo estresante para las mascotas" y que los Biden intentaban establecer un nuevo protocolo.
