Al grito de "Dios salve al rey", Carlos III fue coronado oficialmente en la Abadía de Westminster
Al grito de “Dios salve al rey”, Carlos III fue coronado oficialmente en la Abadía de Westminster.
La ceremonia que sigue la tradición británica comenzó sobre las 11:00 a.m. (hora en Reino Unido) tuvo como protagonista al rey Carlos III, que ya ha sido investido con la corona de San Eduardo.
Más de 2.000 asistentes fueron parte del solemne acto en la Abadía de Westminster, mientras miles de ciudadanos bajo una lluvia intermitente en Londres, capital de Inglaterra, abarrotaron las calles para evidenciar la procesión del nuevo monarca.
Previamente, el soberano de 74 años de edad, ha sido ungido y ha jurado el cargo ante la Biblia.
Posteriormente, como lo dicta la normativa real, ha sido ungida y coronada también su esposa, la reina Camila Rosemary Shand.
Sin embargo, el evento tuvo algunos percances como el arresto de seis personas que, según las autoridades británicas, intentaron “alterar el orden”.
De acuerdo con la Policía Metropolitana de Londres, los “sospechosos del movimiento antimonárquico ‘Republic’ eligieron el camino de la conspiración para causar disturbios públicos”.
A propósito, un portavoz de la mencionada organización aseguró que uno de los arrestados es su líder, Graham Smith, quien fue neutralizado por los cuerpos de seguridad antes de mostrar al público presente un cartel que decía: "No es mi rey".
Otra de las postales que dejó a los seguidores de la monarquía británica cierto “sabor agridulce” fue el espacio destinado al hijo menor del soberano, Harry, sentado diez filas por detrás de su hermano, el príncipe Guillermo.
De acuerdo con la opinión de algunos expertos, ese fue el lugar escogido por la Corona del Reino Unido para situar a Harry, luego de abandonar sus responsabilidades como miembro de Familia Real al mudarse a Estados Unidos junto con su esposa, la exactriz Meghan Markle.
Ahora, el rey Carlos III deberá enfrentar ciertos desafíos para ganarse la confianza del pueblo británico, entre ellos, destacan:
- Dirección de la Commonwealth: organización que está formada por 14 excolonias y protectorados británicos que respetan y reconocen la figura del monarca.
- Permanencia de Escocia como territorio del Reino Unido: aunque la independencia de esta nación no depende del soberano, partidos políticos de Edimburgo hablan de una eventual separación. Según los sondeos, el 49 % de escoceses apoyan la independencia frente al 51 % que la rechazaría.
- Estilo discreto: concepto que funge en la agenda de Carlos III, lo que se traduce en uno de los mayores retos dada su inclinación a expresar opiniones propias en medio de una sociedad que se polariza cada vez más.
- Acercamiento a los “comunes”: situación complicada para el rey por su educación y privilegio, algo que los detractores de la realeza británica califican como “clasismo inglés”.
- Ser un referente de la estabilidad: algo por lo que el rey también deberá trabajar, ya que la zozobra política y económica, con un Brexit que amplifica aún más las dificultades, están a la orden del día.
En ese contexto, la mesa está servida para evidenciar un nuevo ciclo monárquico que buscará, entre otras cosas, mantener el legado de Isabel II.