Montando bicicleta y sin seguridad: así fue la despedida de Mark Rutte tras su último día como primer ministro de los Países Bajos
En las últimas horas, el ex primer ministro de los Países Bajos Mark Rutte se despidió de la casa de gobierno en la que pudo ejercer el poder durante 14 años de una peculiar manera: montando bicicleta y sin su escolta.
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Tras romper el récord de ser el primer ministro de los Países Bajos con más años de servicio, el exfuncionario decidió salir por lo alto del palacio de Torentje de la Haya, en donde tanto prensa como ciudadanos pudieron grabar su salida.
A las afueras, mientras todos lo esperaban para grabar, Rutte salió vestido de traje, montando bicicleta mientras saludaba a las personas que estaban ahí para verlo en su último día laboral.
Con una larga carrera política, ahora Rutte se prepara para asumir su cargo como secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) el próximo 1 de octubre, para reemplazar Jens Stoltenberg.
"El Consejo del Atlántico Norte decidió designar al primer ministro Mark Rutte como el nuevo secretario general de la OTAN, en substitución de Jens Stoltenberg", anunció la alianza militar transatlántica en un comunicado de prensa.
Casi inmediatamente, el noruego Stoltenberg saludó la designación de Rutte con un mensaje de felicitaciones en la red X (ante Twitter).
"Es un líder fuerte y un constructor de consensos. Le deseo todos los éxitos. Sé que dejo la OTAN en buenas manos", señaló Stoltenberg sobre quien será su sucesor.
En tanto, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, apuntó que el liderazgo y experiencia de Rutte "serán cruciales para la Alianza durante estos tiempos difíciles".
"Espero trabajar con usted para fortalecer aún más la asociación Unión Eurpea - OTAN", agregó la presidenta de la Comisión.
Rutte había obtenido desde el inicio de su campaña el apoyo de miembros clave de la OTAN, como Estados Unidos y Reino Unido, para poder ser designado.
La carrera se volcó en su favor la semana pasada, después de que el único candidato restante, el presidente rumano Klaus Iohannis, abandonara sus aspiraciones y declarara su apoyo al saliente primer ministro.
Además, el dirigente neerlandés logró el soporte de dos países abiertamente hostiles a su nombramiento: Hungría y Turquía.
