Las grandes erupciones del volcán Nevado del Ruiz en 1595 y 1845 que también dejaron centenares de muertos
Sigue la atención sobre el volcán Nevado del Ruiz, ubicado en la Cordillera Central colombiana, que desde el pasado 30 de marzo registra un incremento drástico en su actividad, lo que llevó a las autoridades a decretar la alerta naranja ante el riesgo de una posible erupción en cuestión de días o semanas.
Se trata de una montaña que ha marcado profundamente la historia de Colombia, principalmente por la tragedia que provocó su erupción el 13 de noviembre de 1985, cuando flujos de lava y lodo provocaron el desprendimiento de parte del glaciar que rodea la cima del volcán, desencadenando una avalancha de grandes proporciones a través de varios ríos.
Uno de esto afluentes fue el río Lagunilla, cuya creciente de lodo y piedras sepultó por completo al municipio de Armero, en el norte del Tolima, y causó la muerte de más de 20.000 personas, una de las peores tragedias de la historia reciente provocada por un volcán.
Pero no ha sido esta la única erupción de efectos catastróficos del volcán Nevado del Ruiz. El 12 de marzo de 1595, una explosión de un cráter parásito provocó lahares que descendieron de la cordillera y se extendieron, destruyendo tierras y propiedades, a través de los ríos que nacen en la montaña.
Rosario Saavedra, en su tesis titulada La erupción del Volcán Nevado del Ruiz en Colombia (SAAVEDRA, Rosario, CINEP, 1995/12/01), reseña un escrito de Fray Pedro Simón, redactado tras la erupción de 1595.
“En la parte por donde reventó ahora tienen su principio dos famosos ríos: el Gualí y otro mayor, el de la Lagunilla. Salieron después con tanto ímpetu, que fue cosa de asombro sus crecientes y el color del agua que traían, que más que agua, masa de ceniza y tierra, con tal pestilencial, olor de piedra azufre, que no se podía tolerar de muy lejos", cuenta.
“Fué más notable esta creciente que en el río de Guali, en la Lagunilla, cuya furia fue tal que desde donde desemboca por entre dos sierras para salir al llano arrojó por media legua muchos peñascos cuadrados, y entre ellos uno mayor que un cuarto de casa. Ensanchándose por la sabana más de media legua de distancia por una parte y otra, anegando la inundación todo el ganado vacuno que pudo antecoger en cuatro o cinco leguas”, agrega el relato, que además da cuenta de la muerte de al menos 600 indígenas gualíes en la tragedia.
Más adelante, 250 años después, el 19 de febrero de 1845, ocurrió una erupción radial subglacial con flujo de lava y flujo de lodo, la cual provocó el mismo fenómeno de deshielo registrado en eventos anteriores, así como la creciente súbita y destructiva a través de los ríos que descienden de la montaña, principalmente del Lagunilla.
Según registros del Servicio Geológico Colombiano (SGC), fue una situación que provocó la destrucción de propiedades y tierras en más de 70 kilómetros del valle del río Lagunilla, causando la muerte de al menos 1.000 personas.
Lo que más sorprende de estas dos situaciones que en los siglos XVI y XIX ya habían advertido del poder destructivo del volcán Nevado del Ruiz, principalmente en la zona de influencia del río Lagunilla, es que en este mismo lugar se desarrolló en las décadas siguientes el municipio de Armero, hasta su destrucción por esta misma causa en 1985.
“El apego a la tierra de sus ancestros podría explicar el porqué de nuevo se ocupan zonas de riesgo. Lo que se puede comprobar es que Armero por su situación geográfica en el valle, zona plana donde confluyen el Lagunilla y el Sabandija, será siempre una zona de alto riesgo ante una nueva erupción del Ruiz y que la memoria de la historia reciente será uno de los elementos a tener en cuenta para evitar que esta región tan fértil se vuelva de nuevo a ocupar”, comenta en su tesis Saavedra.
¿Qué dice el último reporte de actividad del SGC?
El Servicio Geológico Colombiano resaltó este lunes 17 de abril que la actividad del volcán Nevado del Ruiz sigue siendo muy inestable.
Las variaciones de temperatura en el fondo del cráter, mayores a las presentadas en meses anteriores, así como la emisión – muchas veces continua – de ceniza, son parámetros que indican un nivel mayor de actividad en la montaña y que están siendo monitoreados de forma permanente por las autoridades.
Por esta razón, reiteró el SGC, la actividad del volcán Nevado del Ruiz continúa en nivel Naranja, “lo que indica que existe una mayor probabilidad que en días o semanas haga una erupción mayor a las que ha hecho en los últimos 10 años”.