La inseguridad en Ecuador no da tregua: sujetos armados secuestraron a la hija del exalcalde de Quito
El pasado sábado 12 de agosto, un grupo de hombres armados secuestró a la hija del exalcalde de Quito, Jorge Yunda.
Según reportes, tras el rapto, la mujer fue abandonada poco después en “buen estado”, en un suburbio de la capital ecuatoriana.
Este incidente se suma a la crisis de inseguridad en que vive el país que administra Guillermo Lasso, nación que hace días quedó conmocionada tras el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio.
Las autoridades detallaron que el secuestro de la hija del exalcalde de Quito se produjo mediante una emboscada ejecutada por el grupo al margen de la ley.
Luego de darse a conocer la noticia, el exfuncionario público del período 2019 y 2021 (Jorge Yunda) explicó mediante sus redes sociales que el vehículo en el que viajaba junto a su hija fue interceptado en una emboscada a la salida de un túnel en Quito.
Según ha expresado él mismo, el coche fue bloqueado por un furgón y un tercer vehículo del que salieron "cinco encapuchados, todos armados".
"Me interceptan a la salida del túnel Guayadamin, me cruza un furgón , detrás de mi auto sale otro vehículo con cinco encapuchados todos armados, era contra mi, por eso abandonan a mi hija en la interoceánica (...) Dios es grande, ya recuperé a mi hija", indicó Yunda.
La Policía Nacional de Ecuador, a su vez, ha precisado que los hechos se produjeron a las 21.15 (hora Ecuador) del sábado.
Este hecho ocurre apenas cinco días después de que el país viviera uno de los episodios más violentos dentro de su historia contemporánea: el asesinato del candidato a la Presidencia Fernando Villavicencio.
El crimen sucedió cuando el aspirante a la Presidencia de Ecuador fue abordado por varios antisociales que, con armas de fuego en mano, le privaron la vida a Villavicencio, mientras este se disponía a subir a su vehículo en medio de una multitud, luego de culminar un mitin en Quito.
Sobre este asesinato, el presidente Guillermo Lasso dijo que “el crimen fue claramente un intento de sabotear las elecciones", pero que los comicios se llevarían a cabo según lo planeado el 20 de agosto, aunque en medio de un "estado de emergencia nacional".
