El gobierno haitiano prolongó el estado de emergencia por creciente ola de violencia
El gobierno haitiano prolongó este jueves por un mes el estado de emergencia en la capital, Puerto Príncipe, horas antes de que Estados Unidos pidiera una "respuesta global" a la violencia pandillera que azota al país caribeño e instara al primer ministro a una transición "urgente".
“La crisis en Haití tiene proporciones humanitarias que requieren una respuesta global, como la que la comunidad internacional aplica en Ucrania o Gaza”, afirmó el jefe de la diplomacia estadounidense para América Latina, Brian Nichols.
"Acelerar el despliegue de una misión multinacional de apoyo a la seguridad es crucial para ayudar al país", añadió.
Un día antes, el Consejo de Seguridad de la ONU mostró su preocupación por la "situación crítica" de Haití, donde un líder pandillero amenaza con una "guerra civil" si el primer ministro Ariel Henry, cada vez más cuestionado, no dimite.
Las bandas criminales que controlan la mayor parte de la capital, Puerto Príncipe, y las carreteras que conducen al resto del país, han atacado en los últimos días lugares estratégicos de este país caribeño: la academia de policía, el aeropuerto y varias cárceles, de las que se han fugado miles de presos.
Frente a este estallido violento, el Consejo de Seguridad se reunió de urgencia el miércoles por la tarde.
"Todo el mundo ha compartido sus preocupaciones, sobre todo la necesidad de desplegar cuanto antes la misión internacional de apoyo a la policía", sostuvo la embajadora de Malta, Vanessa Frazier.
"La situación es cada vez peor. La policía nacional es impotente ante los asaltos de las bandas armadas. Sólo una fuerza militar puede ayudarnos en esta situación", declaró un conductor de Puerto Príncipe, que pidió el anonimato.
En enero, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se declaró "consternado" por "el nivel de violencia" de las bandas que dominan el país.
Según Naciones Unidas, el número de homicidios se ha más que duplicado en 2023, con casi 5.000 personas asesinadas, entre ellas 2.700 civiles.