Así ha sido el opaco papel del chavismo en el conflicto colombiano
Este lunes Nicolás Maduro anunció que participará como mediador en el conflicto entre la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el gobierno de Gustavo Petro, pero no es la primera vez que Venezuela es partícipe en estas negociaciones.
En 2007 durante la presidencia de Álvaro Uribe en Colombia, el fallecido presidente venezolano, Hugo Chávez se ofreció como mediador para lograr un acuerdo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) en busca de la liberación de 45 rehenes, entre ellos, Ingrid Betancourt.
Nicolas Sarkozy, el entonces mandatario de Francia, apostaba por la resolución del conflicto con las “labores de facilitación” de su par venezolano.
En agosto de ese mismo año, Uribe dio su beneplácito a la propuesta y le encomendó a Chávez realizar acercamientos, junto a la senadora Piedad Córdoba, que permitieran el canje de las víctimas con las FARC.
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Un encuentro en la Hacienda Presidencial de Hato Grande, al norte de Bogotá, el 31 de agosto de 2007, selló el compromiso. Periodo en el que, además, Nicolás Maduro se desempeñaba como Canciller de Venezuela.
Durante la Cumbre Iberoamericana en Chile, el gobierno de Colombia fue claro y tajante respecto a las directrices que debía seguir Venezuela en su papel de mediación, en el que solicitó expresamente que Chévez evitara el contacto directo con la Fuerza Armada colombiana para así evitar distraerlos de su objetivo.
“Lo que tengamos que hablar de los secuestrados, lo hablamos tú y yo”, contó a la agencia EFE, José Obdulio Gaviria, asesor Uribe.
Pocos días después, el fallecido presidente venezolano recibió en Caracas a dos dirigentes de las FARC, Rodrigo Granda e Iván Márquez (excarcelados por Uribe), sin haber alertado a las autoridades colombianas, tal y como se había acordado.
Chávez tampoco atendió las denuncias realizadas por Colombia, en la que presentó fotos satelitales de campamentos de las Farc en la serranía de Perijá. La situación fue caldeando las relaciones diplomáticas entre ambas naciones.
Para el gobierno de Uribe, la medicación del presidente venezolano no daba respuestas claras. No obstante, las Farc ganaba tiempo y fuerza.
"Lo único que Chávez ha conseguido hasta ahora es reunirse con Iván Márquez en Caracas para hablar de música costeña", ironizaba el ministro del Interior, Carlos Holguín.
El jefe de estado de Venezuela, tampoco obtuvo las pruebas de vida de los rehenes, y se presentó con las manos vacías ante el presidente de Francia Nicolas Sarkozy, donde además reveló detalles confidenciales de la operación.
El gobernante venezolano anunció que su par colombiano estaba dispuesto a reunirse con jefes de las FARC, de inmediato Uribe respondió contrariado que esa posibilidad se mencionó en privado siempre y cuando la guerrilla liberara a un grupo de cautivos y se comprometiera a un proceso de paz.
Tan solo tres meses duró la mediación antes de su desenlace, pues una llamada telefónica provocó la decisión drástica de prescindir de las labores de Chávez. El gobernante venezolano llamó al jefe del Ejército de Colombia, general Mario Montoya, para pedirle información sobre los secuestrados, saltándose otros de los lineamientos fijados previamente.
El contacto se produjo debido a que la senadora Piedad Córdoba, se presentó en el despacho de Montoya y le pasó una llamada del mandatario venezolano. No obstante, Córdoba aseguró que todo fue una casualidad y que Hugo Chávez solo "quería saludar" al jefe del Ejército colombiano.
15 años después y en medio fracturas y reestructuraciones diplomáticas entre Venezuela y Colombia, ahora Nicolás Maduro asume la responsabilidad de mediar por el fin del conflicto de guerrillas del vecino país.