Cierran las urnas en Uruguay para elegir al sucesor del presidente, Luis Lacalle Pou
Cerraron las urnas en Uruguay en las elecciones presidenciales para conocer al sucesor de Luis Lacalle Pou y en las que, además, los ciudadanos tuvieron la oportunidad de renovar a 30 miembros del senado y los 99 de la cámara de representantes.
Los candidatos que parten con ventaja y quienes según las encuestas se perfilan como los favoritos en la carrera por la presidencia son Yamandú Orsi, aspirante por el partido Frente Amplio, y Álvaro Delgado, del Partido Nacional.
Orsi, exintendente del departamento de Canelones y considerado como el delfín del expresidente José 'Pepe' Mujica, es el favorito con un 44% de los apoyos, según la última encuesta de la consultora Cifra.
El aspirante por el Frente Amplio, de esta manera, no alcanzaría a obtener una votación por encima del 50%, para celebrar la victoria este domingo, sino que tendría que apostar por la segunda vuelta.
En esa instancia, Orsi se enfrentaría al Delgado, un veterinario de 55 años que fue secretario de la Presidencia de Lacalle Pou, y que tendría en la primera vuelta el 25% de los votos, según la misma encuesta de Cifra.
En la tercera posición en la intención de voto, con el 16%, aparece el aspirante por el también histórico Partido Colorado, Andrés Ojeda, de 40 años, que luchará por meterse en un eventual balotaje ante Orsi.
Este joven y mediático abogado que se compara con el presidente argentino ultraliberal Javier Milei por su forma poco tradicional de hacer política se presenta como el rostro de la renovación y ha ido cobrando impulso en las últimas semanas.
Más de 2,7 millones de uruguayos están convocados a las urnas para elegir al presidente y vicepresidente para el periodo 2025-2030, así como los 30 escaños del Senado y los 99 de la Cámara de Representantes.
Además de presidente y legisladores, los uruguayos deberán pronunciarse sobre dos plebiscitos: uno sobre el régimen previsional y otro sobre seguridad ciudadana.
Sin grandes líderes entre los contendientes, ni debates programáticos de fondo, pocos uruguayos asistieron a mitines. Tampoco se ven tantas casas embanderadas con colores partidarios como en elecciones pasadas.
Si ninguno de los candidatos logra la mayoría absoluta, habrá una segunda vuelta el 24 de noviembre.
Para la pugna final, todo indica que Orsi enfrentará a un Delgado o a un Ojeda que se respaldarán mutuamente y esperan contar con los votos de los socios menores del bloque oficialista: Cabildo Abierto (4%-2% en los sondeos) y el Partido Independiente (3%-1%).
Ambos bandos aspiran a alcanzar la mayoría parlamentaria en octubre, una señal inequívoca, según los analistas, de lograr la victoria en noviembre.
Todos los candidatos apuestan a impulsar el crecimiento, desacelerado con la pandemia de covid-19 y una histórica sequía, pero en recuperación: el FMI proyecta una expansión del PIB de 3,2% en 2024 y de 3% en 2025. El gran reto es disminuir el déficit fiscal (-4,4 del PIB en agosto).
Por eso observadores internacionales ven con preocupación un triunfo del plebiscito para modificar el sistema de seguridad social, que impulsa la central sindical única Pit-Cnt, junto con sectores frenteamplistas como el Partido Comunista y el Partido Socialista.
Todos los candidatos anunciaron que no votarán esta enmienda constitucional y las encuestas estiman que será rechazada.
El otro plebiscito busca que se permitan los allanamientos nocturnos en los hogares. El Frente Amplio lo rechaza. Aunque la seguridad pública es la primera preocupación de los uruguayos, analistas prevén que fracasará, como ya ocurrió con otras iniciativas contra la delincuencia.