“Brasil pasa por un momento difícil de polarización y esto destruye la democracia”: Augusto Aras, fiscal general de Brasil
La democracia brasileña recupera una cierta calma tras los graves hechos del pasado 8 de enero cuando cientos de seguidores del derrotado presidente Jair Bolsonaro asaltaron algunas de las principales instituciones del estado en Brasilia.
Los hechos llevaron a abrir investigaciones y procesos judiciales. También, y en paralelo, las autoridades abrieron procesos a Bolsonaro por su presunta implicación en esos hechos y por otros casos descubiertos después, como el destino de unas joyas regaladas a Bolsonaro como jefe de Estado que la justicia cree que el hoy ya exmandatario se llevó.
Tras la polarizada campaña electoral que acabó enfrentando a Lula y Bolsonaro, el país quedó dividido y uno de los objetivos internos del gobierno actual ha sido recuperar la institucionalidad y la convivencia. Pero la división se mantiene y la justicia, que actúa de manera independiente, ha continuado con esos procesos judiciales.
Si bien los casos están, en su mayoría, todavía en curso –y las autoridades no pueden ofrecer muchos detalles–, su desenlace puede reabrir heridas y ahondar en la polarización.
¿Cómo avanzan esos procesos y qué rol está jugando la justicia para esclarecerlos evitando alimentar la división? Augusto Aras, fiscal general de Brasil, habló con Cuestión de Poder de NTN24.
“La democracia no se mide por el sí o por el no, se mide por niveles, existen momentos en que naciones democráticas están en alto nivel, otras en media y otras en baja, se desarrolla en nivel espiral. Brasil, como todo el mundo, pasa por un momento difícil de polarización y esto destruye la democracia, porque la democracia solo se establece donde hay libertad y se construyen consensos sociales, estos son atributos inherentes de la democracia y sin esto solo tenemos simulacros de democracia. La democracia no solo debe existir en los periodos electorales”, dijo el invitado.
“En Brasil no hay un responsable específico (de la polarización), es un fenómeno planetario, el mundo pasó del hiperconsumo al conflicto y cada vez más, además, la revolución de los medios sociales a creado un ambiente que no contribuye al diálogo y más que nunca necesitamos dialogar, hacer algo que nos haga sentir humanos… todos estamos viviendo un momento en que la falta de diálogo y de cooperación perjudica a la democracia”, complementó el fiscal general.