En pocos días comienza la COP28, la cumbre mundial donde los 196 países que hacen parte del Acuerdo de Paris se reúnen para analizar la situación del cambio climático y fijar medidas y metas de reducción de emisiones de gases efecto invernadero, entre otras cosas.
Antes de esta cumbre, quiero dejar algunas reflexiones que comparto, y que explican muy bien Carbon Growth Partners y Bloomberg en su nueva la publicación Investing in carbon Markets: cleared for Take-off.
El tiempo de negociar y planear cómo limitar el calentamiento global se acabó, hoy la única salida es actuar YA, y debemos hacerlo a escala planetaria. Me atrevería a decir que este año, 2023, todos los seres humanos hemos vivido de alguna manera los efectos del cambio climático en proporciones que no conocíamos.
Y como dijo el Secretario de Naciones Unidas, António Guterres, “nuestro mundo necesita acciones climáticas en todos los frentes: de todas clases y en todo el mundo, a la vez”.
Por eso, “reducir y compensar las emisiones de gases de efecto invernadero ya no es un acto "voluntario"; es un imperativo ético, social y comercial para cualquier negocio, o líder empresarial que quiera ser tomado en serio como un actor corporativo responsable”, como asegura Rich Gilmore, CEO de Carbon Growth Partners.
Y los mercados de carbono son una pieza clave en el rompecabezas para frenar el cambio climático, porque son la fuente de financiamiento climático más eficiente que tenemos.
“Los mercados de carbono son el "neto del NET ZERO". Aceleran la acción climática al capitalizar el costo marginal de la reducción: las emisiones que son difíciles o costosas de reducir en un lugar, pueden serlo menos en otro, y la inversión debe fluir hacia donde la contaminación sea menos costosa de reducir y donde las reducciones de emisiones sean más inmediatas”, dice la publicación.
En otras palabras, reducir una tonelada de CO2 en un país desarrollado cuesta U$100 dólares o más, y en los países en desarrollo la misma tonelada reducida vale entre U$10 y 20.
Así que mientras los países y las empresas logran reducir y mitigar sus emisiones de CO2 hasta lograr el NET ZERO o la descarbonización, los créditos de carbono son la medida más inmediata y eficaz para que los que contaminan compensen sus emisiones.
Los créditos de carbono son “una herramienta de transición necesaria en el camino hacia NET ZERO. Y en la medida en que las empresas y los países comiencen a establecer y a cumplir objetivos cada vez más ambiciosos, la demanda de compensaciones de carbono: aumentará”.
La preocupación que surge ahora es que el planeta cuente con los proyectos de reducción de carbono suficientes para suplir la necesidad mundial de créditos, pues los que existen hoy no son suficientes.
Estos proyectos requieren tiempo y financiación para su desarrollo y hasta ahora son pocos los que se atreven a apalancar estas inversiones, así que son los propios desarrolladores los que deben arriesgar su capital e ir a un ritmo más lento.
Según Carbon Growth Partners y Bloomberg, “hay un déficit de US$90.000 millones en la financiación necesaria para hacer realidad estos proyectos. Y es ahí donde el mercado de carbono es tan esencial: llevar la financiación a donde más se necesita acelerar la acción y ganar tiempo para el clima”.
Con el mercado del carbono ganamos todos: gana el planeta, ganan los países en desarrollo que producen créditos de carbono, ganan aquellos que “invierten en las soluciones que mantienen el planeta seguro”.
Creo firmemente que cambiar el rumbo del cambio climático es posible. Las empresas y los gobiernos se deben descarbonizar. Para lograr este objetivo se requieren muchos recursos y los mercados de carbono son una herramienta financiera disruptiva que permite alcanzar esta meta.
Con los recursos de los créditos de carbono podremos “alejarnos rápidamente de los combustibles fósiles y proteger los bosques, humedales y pastizales que quedan en la Tierra de la destrucción. Esas dos soluciones por sí solas pueden reducir las emisiones anuales a la mitad en un plazo los siguientes siete años”, concluye Carbon Growth Partners.
Tenemos una última oportunidad y en la COP28 deben crearse las condiciones para lograr el objetivo planetario de controlar el calentamiento global y limitarlo a 1,5 grados.