Aldeanos del pueblo seminómada Moken reciclan plástico del océano para crear nuevos productos
Cada año, más de seis millones de toneladas de plástico terminan en los océanos, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Estos residuos, que tardan cientos de años en descomponerse, amenazan la vida marina y, por extensión, a los seres humanos. Frente a esta crisis, los moken han estado trabajando durante años para recolectar plásticos que flotan en el mar o que llegan a las costas de su región.
La empresa que ha establecido esta alianza con los moken es una de las pocas que fomenta el reciclaje de plásticos provenientes del océano, y lo hace de manera integral, trabajando directamente con los recolectores, los cuales son esenciales en la cadena de recuperación, y con los fabricantes que transforman el material en productos finales.
Este modelo de negocio no solo da un respiro al planeta, sino que también proporciona una fuente de ingresos para las comunidades locales, al tiempo que se promueve la preservación del entorno marino.
El proceso de reciclaje empleado por la empresa convierte el plástico recolectado en productos de alta calidad, que según expertos, el plástico reciclado de esta manera es comparable en calidad al plástico virgen, lo que permite su uso en una amplia gama de productos, desde alfombras hasta muebles y artículos de consumo diario.
Este esfuerzo conjunto entre los aldeanos del pueblo seminómada moken y la empresa recicladora es un ejemplo de cómo las comunidades, a menudo invisibles en el panorama global, pueden ser claves en la construcción de un futuro más sostenible, al mismo tiempo que se fomentan modelos de economía circular que benefician tanto al medio ambiente como a las personas.