"Sentí una textura babosa, quedé hundido, creí que había muerto": venezolano relata lo que vivió al ser succionado por una ballena

Fue el pasado fin de semana que Adrián Simancas, venezolano de 24 años de edad, experimentó una situación poco común, en aguas chilenas.
El joven fue succionado y a los pocos segundos expulsado por una ballena jorobada en el Estrecho de Magallanes, un paso marítimo localizado en el extremo sur de Chile.
Ya en tierra firme, varios medios de comunicación compartieron la historia del muchacho. De hecho, el programa 'Tu día' del Canal 13, obtuvo una entrevista de Simancas, en la que se refirió sobre el insólito episodio.
“En un segundo vi algo que me absorbió, era como azul con blanco, algo que primero me golpeó la cara. Luego shock, confusión, sentí una textura como babosa, quedé hundido, creí que había muerto”, contó.
Narró además: “Luego fueron dos segundos en ascensión con el chaleco salvavidas tirándome hacia arriba (...) el día siguiente pensé lo que es la vida”.
Mientras remaba en kayak acompañando a su padre en una expedición, repentinamente el enorme cetáceo emergió del agua y “aspiró” a Adrián .
Sorpresivamente el venezolano no murió, ya que la ballena jorobada lo expulsó segundos después, permitiéndole regresar ileso a la superficie.
“Escuché un fuerte sonido y cuando me di vuelta, mi hijo ya había desaparecido”, relató el padre del joven, quien capturó toda la escena en un video que circula en redes sociales.
Según expertos, las ballenas jorobadas no pueden tragarse a un humano. Aunque su boca es enorme, su esófago es relativamente pequeño y no está adaptado para tragar presas tan grandes.
Los especialistas sostienen que, aunque pueden inflar su esófago en un 30% cuando se alimentan, les resulta biológicamente imposible tragarse a un humano.
¿Qué comen las ballenas jorobadas?
Se alimentan de plancton, (plantas y animales que viven en la superficie del agua) o de peces.
A su vez, en el hemisferio norte, se alimentan de peces: capelán (Mallotus villosus), anchoveta (Engraulis mordax) y bacalao (Gadus morhua).
Para evitar ser tragado por una ballena, los expertos aseguran que se debe “repasar los patrones de migración de los cetáceos y mantenerse alejado de las aguas turbias”.