¿Qué se espera de la orden de captura internacional de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello emitida por la justicia argentina?
El pasado lunes, la Cámara Federal de Argentina ordenó la captura internacional de Nicolás Maduro y del ministro de Interior, Justicia y Paz, del régimen venezolano, Diosdado Cabello, acusados de ser responsables de un "plan sistemático para detener, secuestrar y torturar" a los opositores venezolanos.
La decisión fue tomada por los jueces de la Sala 1 de la Cámara Federal porteña, Mariano Llorens, Pablo Bertuzzi y Leopoldo Bruglia, respectivamente.
“Observamos que los testimonios traslucen con elocuencia las vivencias padecidas por los damnificados, las cuales parecen exhibir un patrón común en las acciones estatales, y se ven reflejadas en los distintos informes de las organizaciones internacionales que exponen, específicamente, las características controvertidas del Estado de Derecho venezolano, la persecución, secuestros, torturas, asesinatos, a la población civil y el desinterés por adecuarse a las reglas democráticas”, afirmó el tribunal.
El fallo también implica a integrantes de la Guardia Nacional Bolivariana y agentes de inteligencia al servicio del régimen.
Al respecto, Elisa Trotta, secretaria general del Foro Argentino por la Defensa de la Democracia, y Víctor Navarro, exprisionero político del régimen venezolano y presidente de la ONG Voces de la Memoria, hablaron en el programa La Tarde de NTN24.
“Definitivamente es un hito en la historia de Argentina y el mundo (...) Se espera que el fiscal de la Corte Penal Internacional pida la captura internacional de Nicolás Maduro y los jerarcas del régimen”, expresó Trotta.
A su turno, Navarro sostuvo: “Es bastante satisfactorio en principio saber que hay instancias que de forma independiente puedan tomar acciones (sobre la crisis en Venezuela)”.
La solicitud de detención de Maduro y Cabello, cabe resaltar, fue impulsada por el abogado Tomás Farini Duggan, representante legal de Foro Argentino por la Democracia en la Región (FADER), encabezado por Waldo Wolff y apoyado por la Fundación Internacional para la Libertad.