Invasión a los tres poderes en Brasil hace recordar el asalto al Capitolio en EE. UU. hace dos años
La comunidad internacional tiene la mirada y su preocupación puesta en Brasil. La OEA convocó a su consejo permanente para evaluar los actos antidemocráticos registrados este domingo, y es que el asalto a las sedes de los tres poderes por quienes se hacían llamar seguidores del expresidente Jair Bolsonaro, dejó además de escenas de violencia, caos y destrucción, varias preguntas abiertas.
A través de un comunicado, la confederación brasileña de fútbol manifestó su "repudio" por el uso de la camiseta de la selección nacional durante el asalto a las sedes de tres poderes del estado. El máximo organismo del fútbol brasileño enfatizó que "la camiseta debería ser símbolo de la alegría y no debe ser utilizada para causar división entre los ciudadanos".
Dos países en américa, uno en el norte y el otro en el sur, Estados Unidos y Brasil, panorama parecido, exactamente dos años después del asalto al capitolio de la unión americana ocurrió la invasión a las tres sedes del poder en el país suramericano; la similitud, en los dos hechos: la violencia.
Tanto en Washington como en Brasilia, los asaltantes consiguieron superar al pequeño número de policías que intentaron frenarles y se abrieron paso destrozando ventanas y forzando puertas.
Vestidos con los colores de la bandera nacional, los asaltantes protagonizaron numerosos actos de vandalismo y arrasaron con todo lo que se encontraron a su paso; rompieron cristales, valiosos muebles antiguos, además de obras de arte, material informático y archivos.
Como ocurrió durante la toma del capitolio estadounidense el 6 de enero de 2021, un sin fin de vídeos en redes sociales mostraron cómo algunos de los protagonistas se llevaban "trofeos" del congreso brasileño.
A diferencia de lo que sucedió en Estados Unidos, donde los trumpistas estaban decididos a retomar el poder por sus propios medios, en Brasil, los seguidores de Bolsonaro, que no han aceptado su derrota, llevan meses pidiendo una intervención militar para devolver al expresidente al palacio de Planalto.