Estamos en la inmunda: el clima ebulle y los países no hacen nada; debemos tomar el liderazgo
Mientras Naciones Unidas anuncia que “pasamos del calentamiento a la ebullición global”, los países del G20 que son quienes producen el 78% de los gases efecto invernadero – GEI, no se ponen de acuerdo sobre cuestiones clave como la transición energética, la reducción de emisiones, los impuestos ecológicos fronterizos y el abandono progresivo de los combustibles fósiles.
Según la Organización Mundial de Meteorología y el observatorio europeo Copernicus “julio de 2023 ha sido el mes más cálido jamás registrado; este calor no tiene precedentes en miles de años”. Según las dos organizaciones, la temperatura promedio de julio es de 16,95 grados Celsius, por encima de los 16,63 grados registrados en el mismo mes de 2019.
Pero mientras nos incendiamos y nos ahogamos de calor, los gobiernos más poderosos y contaminantes del planeta pospusieron las decisiones para frenar el calentamiento global hasta diciembre de 2023, cuando se realice la COP 28 en Emiratos Árabes Unidos. Y me pregunto, si 20 países no pudieron ponerse de acuerdo, ¿cómo podemos esperar que se pongan de acuerdo los 196 países que hacen parte del Acuerdo de Paris?
El problema es que 2030 está a la vuelta de la esquina y no hay tiempo para jugar, hay que actuar ya. Y esta falta de consenso y compromiso de los gobiernos me hace pensar que estamos poniendo la supervivencia del planeta en las manos equivocadas y que otros debemos tomar el liderazgo.
Es urgente que la ambición de los países en materia de lucha contra el cambio climático sea muchísimo mayor. Con las metas actuales que tienen los países, es decir lo que técnicamente se llaman contribuciones determinadas a nivel nacional (NDCs), sólo se reducirían las emisiones en un 15% para 2030. Esto está muy lejos del objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados.
Es hora de que el sector privado y la sociedad civil asumamos el reto de transitar hacia un sistema económico responsable y sostenible que permita aliviar la situación social, económica y ambiental a la que nos estamos enfrentando.
Desde el sector privado podemos liderar la construcción de una sociedad sostenible y equitativa, donde se generen nuevas oportunidades de negocio. No es coincidencia que las empresas con mayores cupos en el mercado de carbono, sean las que tienen la mejor salud económica y la mejor cultura empresarial.
Como ciudadanos es importante que elijamos gobiernos que tengan en cuenta la justicia social, la sostenibilidad, y más aún, que el sector privado es la locomotora que les permite cumplir sus metas en materia social y ambiental.
Mientras que los países del G20 siguen pensando en qué hacer y qué acordar, el sector privado y los ciudadanos, como productores y consumidores, podemos adoptar buenas prácticas que trasciendan y nos permitan comenzar a tener resultados en materia de sostenibilidad y cambio climático.
¡Se acabo el tiempo!