El impresionante relato de exjugador de Selección Colombia que fue a Brasil 2014 sobre su lucha contra el alcohol: "Era la muerte o la cárcel"
En las últimas horas, una de las máximas exfiguras de la Selección Colombia que fue al Mundial de Brasil 2014 se volvió viral en redes y en los diferentes medios debido a sus impresionantes revelaciones sobre su lucha contra el alcohol.
El exfutbolista colombiano Fredy Guarín, que tuvo su paso por clubes importantes como: Boca Juniors, Porto, Inter de Milan, Vasco da Gama y Millonarios, dio unos duros detalles de su adicción al alcohol y como esto casi lo lleva a quitarse la vida.
Durante una entrevista con el programa ‘Los Informantes’ del medio Caracol, el exmediocamista de la ‘Tricolor’ narró cómo inició su carrera como profesional hasta su máximo punto de fama, que lo llevó a ver uno de los capítulos más oscuros de su vida.
Fredy relató que todo se vino en picada en su vida cuando llegó al Inter de Milan, en donde empezó a beber todos los días.
“Yo lo manejé muy bien. Me emborrachaba dos días antes del partido y yo llegaba al partido y funcionaba, ganaba, hacía uno o dos goles. Trabaja más que cuando no tomaba, el cargo de conciencia”, explicó.
Guarín contó que cuando empezó a hacerse un nombre en el club italiano, comenzó a tener acceso a su adicción y otros vicios.
“El entorno, la champaña arriba, las mejores modelos y yo tenía mi familia, ahí era la vaina jodida. Yo sabía que estaba haciendo mal, tanto en responsabilidad laboral como la responsabilidad familiar”, puntualizó.
El exmediocampista del Inter señaló que: “Perdí el objetivo de un hogar, perdí el objetivo del fútbol y ya sentía que no había límite”, además de que “ya estaba metido de todo en el alcohol. Nos dijeron con mi representante que hay que sacarlo de aquí”.
Del Inter salió para China, a jugar con el Shanghai Shenhua, en un país en el que “me generé alcohólicamente del todo. Me levantaba, iba a entrenar y después del entreno alcohol”.
El futbolista contó que todo el dinero que ganaba se lo gastaba era en riquezas y darle una vida de lujos a algunos de sus amigos de ese momento: “Yo no tenía noción de la plata”.
Luego de llegar a un punto sin retorno en su adicción, Fredy se fue para Brasil, para poder jugar en el Vasco da Gama, en donde “fueron seis meses que me hicieron sentir el hombre más feliz en un campo”.
Sin embargo, la felicidad se le acabó porque llegó la pandemia por covid-19, el momento que lo empeoró todo para él porque se podía tomar entre 50 a 70 cervezas en una sola noche.
“Llega la pandemia, no había entreno, no había grupo, no había fútbol, no había temor. Agarré y me fui a una favela. Ya estaba con cualquier chica, me abandoné por completo. Borracho, me fui a la favela a buscar peligro, yo no medía el riesgo”, añadió.
Guarín contó que tuvo 10 días que fueron muy fuertes, porque “me la pasé borracho esos 10 días por completo. Donde me quedaba dormido del cansancio y me levantaba con la cerveza al lado”.
“Yo vivía en un piso 17 y en ese momento me desconecté de la vida y de todo, mi reacción fue mandarme. Había una malla en el balcón, salte y me devolvió. Yo obviamente inconsciente de lo que paso”, explicó.
Como a diario por la pandemia se reportaban tantas muertes, eso era lo único que tenía le exfutbolista colombiano en su cabeza: “sabía que en cualquier borrachera iba a morir y le tenía miedo. Yo llegué a ese punto de que no me importara nada para hacerme daño, sin pensar en mis hijos, mi familia, en nadie”.
El exdeportista, de 38 años, explicó que cuando volvió a Colombia y fue sacado de la casa de sus padres por la Policía por un caso de violencia intrafamiliar, él pesaba que en ese momento “era la muerte o la cárcel”, porque “de otra manera nadie sabía, pero estalló de esa forma”.
Fredy reveló que de todos los futbolistas con los que pudo compartir en su época en la selección Colombia, quien más lo ha ayudado y ha estado pendiente de él ha sido el jugador de Racing, Juan Fernando Quintero.
Hace unos meses, Fredy Guarín había contado que debido a su adicción con el alcohol: “Me tocó rendirme y entregarme a mi ser superior, a unos profesionales con los que estoy trabajando para poder remediar muchas cosas”.