Telescopio James Webb de la NASA reveló una nueva e impresionante característica de una supernova
El Telescopio Espacial James Webb de la NASA, lanzado al espacio el 25 de diciembre de 2021, estudia actualmente una de las supernovas más reconocidas, la SN 1987A.
Tras décadas desde su descubrimiento, en febrero de 1987, la NIRCam de Webb proporciona una pista crucial para comprender cómo se desarrolla una supernova con el tiempo para dar forma a su remanente.
La impresionante imagen muestra una estructura central, repleta de de grumosos gases y polvo expulsados por la explosión de la supernova.
"Dicho polvo es tan denso que ni siquiera la luz del infrarrojo cercano que detecta Webb puede penetrarlo, lo que forma el oscuro "agujero" en el ojo de la cerradura", dice la NASA.
"El anillo ecuatorial, formado a partir de material expulsado decenas de miles de años antes de la explosión de la supernova, contiene puntos calientes brillantes, que aparecieron cuando la onda de choque de la supernova golpeó el anillo . Ahora se encuentran manchas incluso fuera del anillo, con emisión difusa a su alrededor. Estas son las ubicaciones de los choques de supernova que golpean más material exterior", añade el organismo sobre la composición de la supernova.
El estudio de SN 1987A no es nuevo, pues los telescopios Hubble y Spitzer de la NASA y el Observatorio de rayos X Chandra han investigado a fondo la supernova, no obstante, la sensibilidad y resolución espacial de Webb revelaron una nueva característica en este remanente de supernova.
"Pequeñas estructuras en forma de media luna. Se cree que estas medias lunas son parte de las capas exteriores de gas disparadas por la explosión de la supernova. Su brillo puede ser una indicación del brillo de las extremidades, un fenómeno óptico que resulta de ver el material en expansión en tres dimensiones. En otras palabras, nuestro ángulo de visión hace que parezca que hay más material en estas dos medias lunas del que realmente puede haber", detalla la NASA.