Foto: La impresionante imagen que captó un telescopio de Urano: “nunca se ha visto mejor”
El telescopio espacial James Webb, lanzado en 2022, desarrollado en colaboración con 14 países y construido en conjunto por la Agencia Espacial Europea, la Agencia Espacial Canadiense y la NASA, captó imágenes inéditas de Urano, el séptimo planeta del sistema solar.
En las imágenes, se muestra al gigante de hielo de un color azul tenue con características brillantes. Al lado derecho del planeta, se encuentra un área con un destello que se conoce como “casquete polar”, exclusivo de Urano, pues este aparece cuando el polo hace contacto directo con la luz solar en verano para desaparecer en otoño.
Gracias a las longitudes de onda de la NIRCam del telescopio (Webb) se captó un brillo sutil con un aspecto mejorado en el centro de este casquete polar, obteniendo así imágenes de Urano que no se han visto tan claramente con otros artefactos como el Telescopio Espacial Hubble y el Observatorio Keck.
Además del brillo, en el borde del casquete se sitúan dos nubes brillantes que serían típicas de Urano y “probablemente estén relacionadas con la actividad de tormentas”, según indicó la NASA.
Webb también capturó varias de las 27 lunas conocidas de Urano, seis de ellas se identifican en la imagen al ser de las más brillantes, así mismo, 11 de los 13 anillos del planeta se observaron gracias al telescopio, sin embargo, al ser tan brillantes parecen fusionarse en un anillo más grande.
La NASA asegura que este hecho es “solo la punta del iceberg de lo que Webb puede hacer al observar este misterioso planeta”, por el momento, se están realizando estudios adicionales de Urano y se espera que las futuras imágenes del telescopio puedan revelar dos débiles anillos exteriores de Urano.
El gigante de hielo como se le conoce a Urano debido a la composición química en su interior, al estar compuesto de materiales "helados" como agua, metano y amoníaco, había sido fotografiado solo por otras dos instalaciones, el Observatorio Keck, y la nave espacial Voyager 2 en 1986, mostrando al planeta como una bola azul verdosa.