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Sábado, 23 de noviembre de 2024
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Régimen venezolano

"No sé si él come, si duerme, si está bien": impactante relato de víctima de la dictadura venezolana

‘La Noche’ conversó con Sol Ocariz, una mujer venezolana pensionada de 64 años que recibe solamente 3 dólares al mes y que tiene que ingeniárselas para llevarle a su hermano comida y artículos de aseo personal.

El 2 de agosto cambió la vida para la familia Ocariz, luego de que Edward, activista de derechos humanos de la ONG ‘PROVEA’, fuera sacado a la fuerza de su casa y conducido al terrorífico centro de detención de Helicoide, a plena luz del día y ante la mirada atónita de sus vecinos quienes tomaron registro visual de la terrorífica escena.

Su detención fue llevada cuando al ocho integrantes de la policía bolivariana allanaran su vivienda, un pequeño apartamento en Caracas y sin una orden judicial.

Su hermana, Sol, pudo llegar dos días después, luego de dejar a su padre discapacitado de 80 años al cuidado de unos vecinos y conseguir uno que “otro dinerito” como ella misma señala para comprar el pasaje desde Puerto Píritu, estado Anzoátegui, para poder hacerse a cargo de la situación de su único hermano.

“No sé si él come, si duerme, si está bien”, dijo Sol en entrevista para La Noche.

Del Helicoide, Edward fue trasladado a la llamada zona 7, el 8 de agosto donde tuvo un fugaz encuentro con Sol, quien nuevamente recurrió a la buena voluntad y ayuda de algunos conocidos para adquirir, algunos alimentos y artículos de aseo para su hermano. “Esa fue la única vez que lo pude ver”, contó con la voz entre cortada.

Desde que se lo llevaron hacia la nueva prisión que anunció desafiante días atrás el dictador Maduro. “Tenemos dos mil presos capturados y de ahí van para las cárceles Tocorón y Tocuyito, máximo castigo, justicia. Esta vez no va a haber perdón, esta vez no va a haber perdón, esta vez lo que va a haber es Tocorón".

A Tocuyito, fue a parar el activista Ocariz, a quien según su hermano integrantes de las fuerzas del régimen le habían hecho seguimiento días antes de su captura. Su pecado, al parecer, habría sido realizar un sondeo sobre el proceso electoral que se llevó a cabo el pasado 28 de julio.

“No le dejaron llevar nada, ni ropa, ni nada. No sé cómo lo tienen, en qué situación lo tienen esa prisión, que es de máxima seguridad”.

Cuenta Sol que incluso intentó llevarle unos medicamentos pero que en el centro penitenciario tampoco le permitieron su ingreso.


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