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Sábado, 16 de noviembre de 2024
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El inesperado material con el que la NASA estudia “cultivar” casas en la Luna y en Marte

El inesperado material con el que la NASA estudia “cultivar” casas en la Luna y en Marte
El inesperado material con el que la NASA estudia “cultivar” casas en la Luna y en Marte
Este nuevo campo de estudio, conocido como biología sintética, no solo podría implementarse fuera de nuestro planeta, sino que también tiene potencial para convertirse en una alternativa en la Tierra.

Se podría decir que la Nasa quiere exportar la ecología a todo el universo. Para eso se ha propuesto estudiar la posibilidad de construir viviendas orgánicas en la Luna y Marte.

El material es muy inusual: se trata de hongos, los cuales podrían cultivarse y convertirse en refugios humanos en diferentes partes del universo. Los micelios, que es el conjunto de filamentos vegetativos de los hongos, son la clave de esta creativa idea.

Esteproyecto de micoarquitectura es adelantado por el Centro de Investigación Ames de la NASA en el Silicon Valley, California, cuyo objetivo es buscar alternativa viables y menos costosas a nuestras futuras construcciones fuera de la Tierra, descartando, incluso, los materiales tradicionales como el metal y el vidrio.

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Foto: Stanford-Brown-RISD iGEM Team

"En este momento, los diseños de hábitat tradicionales para Marte son como una tortuga, llevar nuestras casas con nosotros a nuestras espaldas, un plan confiable (…) Podemos aprovechar los micelios para cultivar estos hábitats cuando lleguemos allí”, dijo Lynn Rothschild, investigadora principal del proyecto.

Pero, ¿cómo funcionaría? Según la misma NASA el proyecto prevé un futuro en el que los exploradores humanos puedan cargar un hábitat liviano y alimentarlo en la superficie de otro planeta. Solo necesitarían regar agua a una estructura básica de hongos y éste crecería alrededor de un marco, protegiendo al individuo de elementos externos.

Este nuevo campo de estudio, conocido como biología sintética, no solo podría implementarse fuera de nuestro planeta, sino que también tiene potencial para convertirse en una alternativa en la Tierra.

Foto: ladrillos producidos con micelio (Nasa) 

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Capa sobre capa

Al igual que los astronautas, el micelio fúngico es una forma de vida que tiene que comer y respirar. Ahí es donde entra algo llamado cianobacteria, un tipo de bacteria que puede usar la energía del Sol para convertir el agua y el dióxido de carbono en oxígeno y alimento para hongos.

Estas piezas se unen en un elegante concepto de hábitat con una cúpula de tres capas. La capa más externa está hecha de hielo de agua congelada, quizás extraída de los recursos de la Luna o Marte. Esa agua sirve como protección contra la radiación y llega a la segunda capa: las cianobacterias. Esta capa puede tomar esa agua y fotosintetizar usando la luz exterior que brilla a través de la capa helada para producir oxígeno para los astronautas y nutrientes para la capa final de micelios.

Esa última capa de micelios es lo que crece orgánicamente en un hogar resistente, primero se activa para crecer en un ambiente contenido y luego se hornea para matar las formas de vida, proporcionando integridad estructural y asegurando que ninguna vida contamine a Marte y cualquier vida microbiana que ya esté allí. Incluso si algunos micelios se escaparon de alguna manera, serán alterados genéticamente para ser incapaces de sobrevivir fuera del hábitat.

Redacción NTN24.com


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