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Miércoles, 18 de diciembre de 2024
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79 Asamblea General de la ONU

"Nuestra capacidad colectiva para el diálogo se ha debilitado", Lula da Silva en un discurso en la Asamblea General sin mención a Venezuela

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, abogó por un fortalecimiento de la ONU ante el aumento de conflictos geopolíticos y crisis humanitarias.

En su discurso en la 79ª Asamblea General de las Naciones Unidas, Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, destacó la necesidad urgente de fortalecer a la ONU para enfrentar los crecientes conflictos geopolíticos y las crisis humanitarias. Lula, cuyo país tradicionalmente abre esta sesión, dirigió un mensaje enfocado en la necesidad de diálogo y cooperación internacional.

"Nuestra capacidad colectiva para la negociación y el diálogo se ha debilitado", afirmó Lula, haciendo hincapié en los desafíos que enfrenta la humanidad en la actualidad. Pese a la adopción del Pacto para el Futuro, el presidente subrayó que su aprobación fue difícil y su enfoque limitado, reflejando la "paradoja de nuestro tiempo" donde los compromisos son posibles pero insuficientes.

El año 2023 ha marcado un "triste récord" con el mayor número de conflictos desde la Segunda Guerra Mundial, según Lula. Con el gasto militar global alcanzando 2,8 trillones de dólares durante el noveno año consecutivo y 90 mil millones destinados a arsenales nucleares, el presidente cuestionó la utilización de estos recursos, que podrían haberse empleado en la lucha contra el hambre y el *cambio climático*.

Lula también abordó la crisis en Ucrania, lamentando la extensión de la guerra sin prospectos de paz y reiterando la condena de Brasil a la invasión del territorio ucraniano. "Ningún lado podrá lograr todos sus objetivos a través de medios militares", aseguró, haciendo un llamado para fortalecer el diálogo entre las partes, siguiendo la oferta de Brasil y China para mediar en el conflicto.

En relación con el conflicto en Gaza, Lula describió la situación como "una de las crisis humanitarias más grandes en la historia de la humanidad". Denunció la transformación del derecho a la defensa en un "derecho a la venganza", lo que, según él, impide un acuerdo para liberar rehenes y un cese al fuego.

Además de los conflictos mencionados, Lula destacó la crisis climática como un desafío global urgente. El presidente alertó sobre las consecuencias del cambio climático, citando inundaciones, sequías e incendios forestales que han afectado gravemente a Brasil. Hizo un llamamiento para la cooperación internacional en la COP-30 de 2025, subrayando que "el multilateralismo es la única forma para salir de la crisis".

Lula también puso de manifiesto el papel de Brasil en la transición energética, destacando que el 97% de la electricidad del país proviene de fuentes renovables como bioenergía, solar y eólica. Además, enfatizó en la necesidad de avanzar hacia los biocombustibles y la producción de hidrógeno verde como pasos cruciales para la descarbonización del planeta.

En su discurso, Lula también criticó la “segunda década perdida” de América Latina, con un crecimiento económico promedio del 0.3% en los últimos años, y llamó a eliminar las barreras que limitan la cooperación y el entendimiento en la región.

Para finalizar, el presidente brasileño reiteró la urgencia de dotar a la ONU de los medios necesarios para enfrentar los desafíos actuales y futuros, subrayando que los tiempos de *creciente angustia, tensión y miedo* requieren una acción colectiva y renovada.


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