Mario Draghi acepta formar un gobierno de unidad para Italia
El ex presidente del Banco Central Europeo (BCE), el economista Mario Draghi, aceptó este miércoles el desafío de formar un gobierno de "unidad" para Italia con el fin de encarar la pandemia y ejecutar el colosal plan para la reconstrucción del país.
Draghi recibió el encargo por parte del presidente de la República, Sergio Mattarella, tras el fracaso de las negociaciones por las graves discrepancias entre los partidos de la coalición de gobierno liderada por Giuseppe Conte.
Según la fórmula habitual, el economista, conocido por su perfil europeísta, aceptó "con reserva" formar un gobierno, por lo que deberá abrir consultas con todos los partidos para ver si puede contar con una mayoría sólida y estable en el Parlamento que le garantice la confianza.
"Este es un momento difícil. El presidente (Sergio Mattarella, ndr) recordó la dramática crisis sanitaria, con sus graves efectos para la vida de las personas, la economía y la sociedad", declaró a la prensa, tras haber recibido oficialmente el encargo.
"Confío en la unidad de los partidos políticos y grupos parlamentarios" para dar una "respuesta responsable", agregó.
Mattarella, el único que por Constitución designa al primer ministro o disuelve el Parlamento, había lanzado la víspera un llamamiento a las fuerzas políticas para que apoyen a "un gobierno de alto perfil", "fuerte", para hacer frente a la emergencia sanitaria e implementar el colosal plan para la reconstrucción financiado por la Unión Europea.
Draghi, de 73 años, con mucha experiencia en la gestión de la política económica italiana y europea, no tendrá de todos modos el camino fácil.
La designación de Draghi, quien encarna una personalidad por encima de los partidos políticos, fue recibida con entusiasmo por la Bolsa de Valores de Milán.
Los valores bancarios registraron un aumento repentino del 3% hacia el mediodía.
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- "El apóstol de las élites" -
Considerado el salvador de la zona euro en 2012, cuando la crisis de la deuda azotó la economía del viejo continente, Draghi desata reacciones encontradas entre la clase política.
Las dos formaciones de la coalición gubernamental saliente, el Partido Democrático (PD, centro-izquierda) y el Movimiento 5 Estrellas (M5E, antisistema), salen debilitadas tras las divisiones y vetos cruzados, después de que el ex primer ministro Matteo Renzi retirara la semana pasada el apoyo de su pequeño pero clave partido Italia Viva.
Descartado por ahora un adelanto de las elecciones porque "se corre el riesgo de que aumenten los contagios de covid-19", como advirtió Mattarella, el economista inició inmediatamente las consultas.
Obtener el apoyo del M5E será muy complicado después de que uno de sus líderes, el senador Vito Crimi, anunciara su rechazo a un gobierno liderado por un "técnico", al que algunos sectores del movimiento han llegado a tildar de "apóstol de las élites".
El prestigioso economista espera repetir, sin embargo, la llamada "fórmula Ursula" que llevó a la elección de la actual presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, gracias a la unión de diversas fuerzas políticas.
Para ello debe lograr el apoyo del Partido Democrático (PD) de centroizquierda así como de pequeños grupos del centroderecha y probablemente de la derecha moderada de Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi.
Por ahora, el líder del PD, Nicola Zingaretti, aseguró que estaba "abierto al diálogo por el bien del país".
Conocido por su discreción, seriedad y determinación, Draghi espera reactivar la maltrecha economía de Italia gracias al gigantesco plan de más de 200.000 millones de euros (240.000 millones de dólares) financiado por la Unión Europea.
El covid-19, que se ha cobrado la vida de casi 89.000 personas, provocó una caída del Producto Interno Bruto de un 8,9% en 2020, una de las peores caídas de la zona euro.