La dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua no quiere dialogar y se opone a que otras dictaduras lo hagan. En una carta pública escrita el 14 de noviembre de 2022, dos semanas antes del diálogo entre el régimen de Maduro y la oposición, Ortega le suplicó al dictador venezolano que no dialogara y que no confiara en las proposiciones de los “imperios perversos”.
La carta de Ortega, co-escrita por Rosario Murillo dice: “Esa Hermandad nuestra nos hace también reflexionar sobre la condición perversa de los imperios, que tanto conocemos y repudiamos. Por un lado, pretenden conversar y acordar, y con la misma mano anulan cualquier indicio de buena fe. Porque continúan manifestando su condición primaria de absurdo y trasnochado neocolonialismo, que pretende intimidar, dominar y someter, por todos los medios, a quienes no tenemos sangre dócil, ni espíritu servil”.
La carta del dictador prosigue diciendo: “Con toda la fuerza de nuestra unión rechazamos a los genocidas europeos, como rechazamos al imperio yanqui y aseguramos que Venezuela seguirá siendo libre, porque tiene hijos que la aman. Amar es combatir”, señala la vehemente carta.
Ortega tuvo su oportunidad de dialogar
En marzo de este año iniciaron algunos acercamientos entre el gobierno de Estados Unidos y las 3 dictaduras del hemisferio: Cuba, Nicaragua y Venezuela. Los temas centrales fueron migración, liberación de presos políticos y democracia. Mientras las dictaduras de Cuba y Venezuela aceptaron abrir conversaciones, Ortega radicalizó su apuesta represiva a nivel nacional y su agenda bélica pro-Rusia a nivel internacional.
Sin incentivos para ceder
Mientras las dictaduras de Cuba y Venezuela se asfixiaban económicamente por su mal gobierno y el peso de las sanciones, Ortega en 2021 recibió US$1,125 millones de dólares de los organismos multilaterales. Sin sudar. Los principales prestatarios del régimen incluyeron: el BCIE con 413.1 millones de dólares, seguido del FMI (US$353.5 millones), BID (US$195.7 millones), Banco Mundial (US$128.0 millones), OFID (US$19.1 millones), BEI (US$12.5 millones) y FIDA (US$3.8 millones).
3mil millones en remesas
Ortega y Murillo también se benefician de las generosas remesas que con sangre, sudor y lágrimas envían los nicaragüenses desde el exterior. Según un informe del Banco Mundial, durante los primeros nueve meses de este año, las remesas en Nicaragua crecieron 45% en comparación con 2021, el aumento más alto en toda América Latina. La dictadura de Nicaragua estaría saboreando el ingreso de 3 mil millones de dólares en remesas al cierre de 2022. Una cifra obscena.
Apretando la garganta del pueblo
Mientras el régimen de Nicaragua sigue recibiendo millones de los multilaterales y de los migrantes, continúan apretando sin compasión la garganta del pueblo. La dictadura mantiene bajo arresto a 225 presos políticos, ha exiliado a 160 periodistas, clausurado 3,500 ONGS y ha perpetrado 400 ataques contra la iglesia católica, sus lideres y su feligresía. Este año Estados Unidos incluyó a Nicaragua en la lista negra de países que violentan la libertad religiosa.
Alineamiento con Rusia
Nicaragua ha sido catalogada como una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos. Ortega y Murillo han respaldado y defendido la guerra de agresión contra Ucrania y es el único país de las Américas que apoyó en la ONU la anexión a Rusia de cuatro territorios ucranianos. Por si esto fuera poco, Nicaragua fue la única nación de las Américas que participó en los polémicos juegos de guerra de la Federación Rusa Vostok 2022, celebrados en septiembre de este año.
Ortega espera desenlace de diálogo en Venezuela
El dictador de Nicaragua, que ha cerrado las puertas a cualquier tipo de diálogo, se encuentra detrás de los arbustos, sigiloso y expectante del desenlace de las pláticas entre el régimen de Venezuela y la oposición.
Si Maduro obtiene dólares, legitimidad e impunidad total, es muy probable que veamos a Ortega dialogando muy pronto y muy contento. Si las negociaciones en Venezuela conllevan la libertad de todos los presos políticos y la celebración de elecciones libres, justas y transparentes, Ortega quizás la piense dos o tres veces antes de sentarse a dialogar. Mientras eso pasa, las remesas siguen fluyendo y los financiamientos internacionales también.