Tras los recientes ensayos militares con fuego real, iniciados este 25 de mayo y que se extenderán hasta el mes de junio de este año, en 5 grandes rondas, por parte de los ejércitos de Estados Unidos y Corea del Sur, en límites con Corea del Norte, como respuesta a las pruebas nucleares del régimen de Kim Yong Un, se han aumentado las tensiones en la región.
La lectura que se hace de estos hechos desde Pyongyang, es que se está orquestando una invasión desde la puerta de su casa y que responderán con contundencia, mientras desde el otro lado de la frontera, cerca de 2.500 soldados de Seúl y Washington, realizan operaciones sin precedentes, con las que han anunciado al mundo que mantendrán la paz con una fuerza abrumadora.
Pero estas tensiones no son nuevas y se han venido incrementando en los últimos meses. En abril las declaraciones de Kim Yo-Jong, hermana de Kim Yong Un, resultaron ser muy desafiantes al descalificar la cumbre celebrada entre Biden y Suk-yeol, en Washington, refiriéndose a esta como provocadora y advirtiendo que ante ataques del exterior, más fuerte sería la reacción de defensa de su país.
Kim Yong Un ya había protagonizado también una reciente polémica, tras haber hecho gala de su dron submarino con capacidad nuclear, generador de tsunamis, el cual tendría como objetivo las aguas del pacifico, ante una eventual guerra con occidente. Esto se dio con posterioridad, a los ejercicios militares adelantados por Corea del Sur y Estados Unidos, entre el 13 y el 23 de marzo del presente año, bajo el nombre de "Freedom Schield”.
El régimen de Corea del Norte, sigue representando una grave amenaza para la paz de la región y el mundo occidental, pese a los múltiples intentos diplomáticos, para hacer que este país se sume a la iniciativa de reducción o desarme nuclear, a cambio de levantar sanciones económicas y bloqueos comerciales.
Por el contrario, los ejercicios militares de Corea del Norte, se vienen incrementando desafiando a sus vecinos, Corea del Sur y Japón.
Según datos de Naciones Unidas, transcurrido el 2023, el régimen norcoreano ya ha lanzado 14 misiles balísticos de corto alcance y 2 intercontinentales, en 2022, lanzó 70.
Pero para entender mejor lo que ocurre entre ambas Coreas, debemos remontarnos al final de la segunda guerra mundial y los inicios de la guerra fría. Corea tras haber estado bajo dominio japones, fue ocupada por la Unión Soviética y los Estados Unidos, dividiendo el país en dos y estableciendo como frontera el paralelo 38. Límite que varió por las confrontaciones militares, pero que hoy se mantiene.
Esto nos recuerda a la Alemania de la posguerra que también fue dividida por el muro de Berlín entre ambas potencias, una comunista y otra democrática.
Con el fin de reducir las tensiones en la zona, se pactó un armisticio, pero no un acuerdo de paz, razón por la cual, honrando su obligación internacional, los Estados Unidos no han dejado de hacer presencia en la región para proteger a sus aliados. Y es que la amenaza no es para menos, tenemos un régimen con armamento nuclear e inmenso odio por occidente.
Esto cobra mayor relevancia ahora que el mundo vive la guerra entre Rusia y Ucrania, en la cual, hemos evidenciado la impotencia de la ONU y la OTAN, quienes observan y descalifican la invasión que infringe abiertamente el derecho internacional, sin poder realizar acciones reales para contenerla o disuadirla. Mientras esto ocurre, China calienta motores contra Taiwán.
¿Qué están haciendo y cuál es la verdadera capacidad de los organismos internacionales para garantizar el mantenimiento de la paz? ¿Está fallando la diplomacia? ¿El desarme nuclear es cada vez más inviable?
Esto evidencia la imperiosa necesidad de reestructurar varias organizaciones multilaterales como la ONU. Obsérvese como por ejemplo, el Consejo de Seguridad no ha podido actuar frente a esta y otras situaciones por el derecho a veto en la toma de decisiones o las dificultades de hacer cumplir sus resoluciones por depender de terceros países, en materia militar. Problemas de grueso calibre.
Mientras se observa esto, Corea del Norte, país que centra su poder en el escenario internacional basado en el armamento nuclear, expone un dron altamente destructivo como desafío a occidente por su presencia en la región. No se tiene certeza de qué tan real y letal pueda llegar a ser este, pero sí es una señal para prestar atención a lo que pasa en la zona y que ante un error de cálculo, abierta amenaza o ataque preventivo, puede desatarse una guerra sin precedentes.
Vivimos tiempos álgidos y difíciles, por tanto, se requiere que los organismos internacionales se reinventen y puedan garantizar el mantenimiento de la paz. Ser simples espectadores no sirve.
Lo del régimen de Corea del Norte no es un asunto menor para occidente.
Cápsula 1: La embajada de Rusia en Colombia emitió en los últimos días un comunicado de prensa censurando a la WRadio, por los contenidos periodísticos publicados y que guardaban relación con este país. Rechazamos la injerencia y la intención de callar a los medios de comunicación en Colombia, exigimos respeto por nuestros valores democráticos.
Cápsula 2: Irene Vélez, ministra de minas y energía de Colombia, volvió a mentirnos, al anunciar que no se conocían los datos de las reservas de gas y petróleo en el país. La Agencia Nacional de Hidrocarburos ya había entregado el informe y los números no favorecen la política de transición energética de este gobierno. Se deben celebrar nuevos contratos de exploración y explotación de hidrocarburos. La independencia energética del país está en riesgo producto del “activismo político”.