No es un preso político: Este es uno de los hombres que EE.UU. querría canjear con Maduro
Ya es oficial; Joe Biden aprobó que Roger Carstens, su delegado para asuntos de rehenes, negocie con Venezuela la entrega de varios estadounidenses. Carstens ha estado en Caracas conversando con altos funcionarios y con los propios detenidos el estatus de cada uno.
Aunque el medio Hispanopost reseñó en días pasados que se negocia la entrega de uno de los que participaron en la Operación Genedón, esto parece poco probable, ya que este evento se trató de una incursión armada (2020) que dejó varios muertos y que pretendía la cabeza del propio Nicolás Maduro.
Por su parte el periodista Nelson Bocaranda escribió en su cuenta en Twitter que Carstens se entrevistó por separado “con 6 ciudadanos de EE.UU., entre ellos una señora y 2 exmarines”.
Además, según él, con un americano preso en Sebin, “gravemente enfermo” y que podría ser llevado a Estados Unidos.
Esto se negocia mientras avanza el proceso judicial contra el testaferro de Maduro, Alex Saab en Florida, de quien no se descarta sea parte de los nombres que estén sobre la mesa.
Sin embargo una fuente aseguró a NTN24 que uno de los hombres que quiere Estados Unidos es Leonard Glenn Francis, alias “Fat Leonard”, capturado en Maiquetía cuando tomaba un vuelo a Rusia, tras huir de su arresto domiciliario en California, acusado de la mayor estafa jamás conocida a la Marina de los EE.UU.
Glenn Francis, , originario de Malasia, fue apodado El Gordo Leonardpor su tamaño y enorme contextura, y se volvió el enlace entre los barcos de la Marina estadounidense y Asia.
El monto de la estafa asciende a 35 millones de dólares.
El periodista Edward Helmore, escribió para el diario The Guardian. "Las herramientas de su oficio incluían whisky, puros cubanos, lechones españoles, terneras de Kobe y lo que los fiscales describieron como ´un carrusel giratorio de prostitutas', bolsos de diseñador, boletos para ver a Lady Gaga, desfiles de moda de Gucci y dinero en efectivo,todo para ganar el reabastecimiento de un barco o la administración de contratos en todo el sudeste asiático.
Estaba en Estados Unidos bajo arresto domiciliario por los graves problemas de salud que presentaba y aún así logró romper su brazalete electrónico y escapar rápidamente por México, rumbo a Cuba y luego Venezuela.
Tras ser detectada la orden de Interpol en Venezuela, fue detenido y es una de las más importantes fichas de cambio para la justicia de ese país, en momentos en que su fuga había sido calificada como “de película”.
El tratado de extradición entre Caracas y Washington lo permite.