Histórica huelga del sector automotriz en EE. UU. amenaza la economía del país
Estados Unidos enfrenta un histórico paro de tres importantes fabricantes de autos que amenaza a la economía del país norteamericano.
Se trata de una huelga simultánea liderada por el sindicato United Auto Workers (UAW), al que pertenecen las compañías General Motors, Stellantis y Ford, y que exige aumentos salariales.
El presidente de UAW, Shawn Fain, fue recibido con bocinas y aplausos frente a la planta de Ford en Wayne, en la región de Detroit (Michigan).
"Esta noche, por primera vez en nuestra historia, iremos a huelga a la vez en los 'Tres Grandes'", afirmó Fain un poco antes del plazo límite para llegar a un acuerdo para el convenio colectivo, en particular sobre el aumento de los salarios.
Además de la planta de Ford en Wayne, otras dos importantes ensambladoras se encuentran en paro: Wentzville (Misuri), de GM, y en Toledo (Ohio), de Stellantis.
De acuerdo con lo señalado por el poderoso sindicato, alrededor de 12.700 empleados del sector automotriz estarán de paro a partir de este viernes 15 de septiembre.
No obstante, el presidente de UAW instó a los aproximadamente 146.000 miembros a hacer huelga en función de la evolución de las negociaciones.
Aunque un conflicto social prolongado podría tener consecuencias políticas para el presidente Joe Biden, el mandatario demócrata respaldo este viernes el reclamo de los trabajadores.
"Esas ganancias récord no se han compartido de manera justa" con los empleados, dijo Biden en una declaración en la Casa Blanca, instando a un acuerdo que sea "justo y beneficioso para ambas partes".
La huelga transcurre previo a la campaña presidencial de 2024 en Estados Unidos, donde Biden busca la reelección y se mueve en un terreno espinoso en el que debe hacer un equilibrio entre el apoyo expresado a los sindicatos y el temor sobre las consecuencias para la economía estadounidense de esta huelga.
De acuerdo con la consultora Anderson Economic Group (AEG), una huelga de diez días podría representar más de 5.000 millones de dólares en ingresos perdidos para la economía de Estados Unidos.