Este fin de semana ocurrirá el evento astronómico que marca el cambio de estaciones en el planeta Tierra: por qué sucede y sus efectos
El solsticio de diciembre es un evento astronómico que marca el cambio de estaciones en el planeta Tierra: hacia el invierno, en el norte, y hacia el verano, en el sur. Este fenómeno ocurre cuando el Sol alcanza su posición más al sur en el cielo, lo que también resulta en el día más corto y la noche más larga del año en el hemisferio norte, mientras que en el hemisferio sur ocurre exactamente lo contrario.
Este año, el solsticio de diciembre tendrá lugar el 21 de diciembre a las 4:20 a.m. hora del este. Este evento no solo tiene un significado astronómico, sino que también está profundamente arraigado en diversas culturas alrededor del mundo.
Para comprender el solsticio de diciembre, es esencial entender cómo la inclinación de la Tierra afecta la cantidad de luz solar que recibimos. La Tierra está inclinada sobre su eje a un ángulo de aproximadamente 23,5 grados. Esta inclinación es la razón por la cual experimentamos estaciones.
Durante el solsticio de diciembre, el hemisferio norte está inclinado más lejos del Sol, recibiendo la luz solar más indirecta y, por lo tanto, temperaturas más frías. Por otro lado, el hemisferio sur está inclinado hacia el Sol, recibiendo luz solar más directa y temperaturas más cálidas.
Esta inclinación constante también es la razón por la cual los días y las noches varían en longitud a lo largo del año. En el solsticio de diciembre, las ubicaciones al norte del Ecuador experimentan días más cortos que 12 horas, mientras que las ubicaciones al sur experimentan días más largos que 12 horas.
Por eso, el próximo 21 de diciembre, en el hemisferio norte se experimentará la noche más larga del año. Después del solsticio, en esa parte del planeta los días comienzan a alargarse hasta el solsticio de verano en junio, momento en el cual el ciclo se invierte.
Según reseña la NASA en su página web, a lo largo de la historia el solsticio de diciembre ha sido un evento de gran importancia cultural. Civilizaciones antiguas como los mayas, los incas y los druidas celtas construyeron monumentos que alineaban con el Sol durante los solsticios. Stonehenge en Inglaterra y el Torreón en Machu Picchu, Perú, son ejemplos de estructuras diseñadas para seguir el progreso anual del Sol y predecir sus movimientos.
En muchas culturas, el solsticio de diciembre es un momento de celebración. Por ejemplo, en Escandinavia se celebra el festival de Yule, que marca el retorno del Sol y la promesa de días más largos. En Irán, la noche de Yalda es una celebración que simboliza la victoria de la luz sobre la oscuridad.
En el hemisferio sur, donde el solsticio de diciembre marca el inicio del verano, las celebraciones giran en torno a actividades al aire libre y festivales que aprovechan el clima cálido. En Australia y Nueva Zelanda, por ejemplo, es común celebrar con barbacoas y festivales en la playa.
Con el avance de la ciencia y la tecnología, hoy entendemos mucho más sobre el solsticio de diciembre y su impacto en nuestro planeta, y podemos predecir con precisión la fecha y hora del solsticio. Sin embargo, a pesar de nuestra comprensión científica, el solsticio sigue siendo un evento cargado de simbolismo y significado cultural.