Primera ronda de negociación entre UE y Londres termina sin acuerdo
La primera ronda de negociación entre la Unión Europea (UE) y el Reino Unido respecto a su futuro terminó este jueves sin un acuerdo, y Londres insistió en su negativa de prorrogar las discusiones más allá del 31 de diciembre de 2020.
A pesar de las diferencias, algunas de ellas, irreconciliables, Europa y Londres coinciden en tres aspectos fundamentales a resolver, como son la pesca, la gobernanza del acuerdo y la forma de evitar la competencia desleal una vez que logren destejer su estrecha relación económica de casi medio siglo. Ambas partes se comprometieron en noviembre a lograr un acuerdo sobre el acceso de los pesqueros europeos a aguas británicas para junio de este año.
En un comunicado, las autoridades del Reino Unido expresaron: "El equipo británico dejó claro que, el 1 de enero de 2021, recuperaremos nuestra independencia jurídica y económica, y que la futura relación debe reflejar ese hecho".
El Brexit entró en vigencia en enero, aunque sigue cumpliendo las reglas europeas hasta finales de año.
En las negociaciones participan alrededor de un centenar de personas, en torno a diez mesas temáticas. Las discusiones se retomarán el 18 de marzo en Londres y se sucederán de manera alterna con Bruselas cada dos o tres semanas.
"Esperamos continuar estas conversaciones con el mismo espíritu constructivo", indicó el portavoz del gobierno británico. Michel Barnier, negociador por Europa, continúa "creyendo" en poder cerrar un "buen acuerdo para ambas partes".
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- Puntos en común y divergencias -
Respecto a la pesca, un asunto de importancia para Europa, Barnier reiteró este jueves que el acuerdo "deberá incluir una solución equilibrada", y consideró "impracticable" la posición británica. Esta consiste en lograr una relación similar a la de la UE con Noruega, que permite el ingreso de pesqueros con permisos para extraer ciertas especies.
Barnier expresó su preocupación sobre este tema puesto que el acuerdo con los noruegos "es sobre cinco especies, no sobre un centenar".
Sobre la competencia desleal también hubo divergencias. Europa teme que el Reino Unido rebaje sus normas laborales, mediambientales o fiscales y que esto pueda perjudicar a la economía europea.
Por su parte, Londres reiteró su compromiso a aplicar elevados estándares en esos campos, por lo que Barnier acotó: "Si estamos de acuerdo en compartir estándares elevados, ¿por qué no reflejarlo formalmente?".
A su vez, los británicos no están convencidos con el rol del Tribunal de Justicia de la UE como garante del cumplimiento del futuro acuerdo ni con las posturas del Convenio Europeo de los Derechos Humanos.
Bernier considera que el alto tribunal europeo debe ser el único capacitado sobre los derechos de los ciudadanos, por lo que Londres se niega a un compromiso.
Aunque la UE espera un acuerdo global, Londres pide que estos aspectos se plasmen en "una multitud de acuerdos particulares".
El Reino Unido desea un "acuerdo de libre comercio" como el negociado entre la UE y Canadá. Y, en materia diplomática, explicó que no está interesado en otro en materia de cooperación en política exterior y defensa.
Redacción: NTN24