La Iglesia católica entra en "Sede Vacante": qué viene tras el fallecimiento del papa Francisco

El papa Francisco murió este lunes a la edad de 88 años, con lo cual la Iglesia Católica entró en la denominada "Sede Vacante", una "situación" que ocurre cada vez que hay ausencia de Papa.
Cuando llega el fin de un papado, empieza el estado de Sede Vacante que solamente termina cuando es elegido un nuevo Romano Pontífice. Puede ser por muerte (la razón más habitual de Sede Vacante) o por renuncia (la menos frecuente).
En cualquiera de los dos casos los procedimientos para elegir a un sucesor son iguales, pero los protocolos previos a la convocatoria del Cónclave tienen sustanciales diferencias.
Todo está regido y establecido en las normas del Derecho Canónico y en la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis.
En caso de muerte del Papa
Como es este el caso, ante el fallecimiento del papa Francisco, se activan en la Santa Sede mecanismos para la constatación del deceso del Santo Padre, la realización de Funerales de Estado, la revisión del estado de la Iglesia y la elección de un sucesor con la mayor rapidez posible.
La muerte de un Papa es un acontecimiento de tristeza para la Iglesia Católica Universal, pero la búsqueda y nombramiento de uno nuevo es motivo de esperanza para los fieles y para los religiosos.
Verificación
La muerte de un Pontífice debe ser verificada y comprobada por métodos no forenses, mediante las tradiciones contempladas en la Constitución Apostólica.
Cada Papa puede introducir algunos cambios en la verificación, anuncio y ceremonias fúnebres, para ser aplicados según su deseo post-mortem.
Por ejemplo, en el caso de Francisco, A finales de 2023 se conoció que quería simplificar los funerales papales y anunció su deseo de ser enterrado en la basílica de Santa María la Mayor de Roma y no en la de San Pedro.
Sobre la verificación, esta está a cargo del Camarlengo de la Santa Iglesia Romana, un cardenal integrante de la Curia Romana con antigüedad, nombrado por el Papa para ese papel. En la actualidad, el Camarlengo es el cardenal irlandés Kevin Joseph Farrell.
Él debe golpear con suavidad tres veces la frente o la cabeza del papa y llamarlo por su nombre de bautizo en varias ocasiones. "Jorge Mario" era el nombre del papa Francisco.
Cuando haya certeza de que no responde, estará confirmado el fallecimiento. A continuación el Camarlengo destruye el Anillo del Pescador que ha llevado el Papa en su pontificado, será una señal del final de su gobierno. También procederá a sellar el aposento donde ha ocurrido el deceso.
Es habitual que los Papas mueran en algún dormitorio privado del Palacio Apostólico en el Vaticano, el mismo dónde ha pasado su vida él, pero no siempre ocurre así. Francisco, por ejemplo, no residió en el Palacio sino en Casa Santa Marta, también en El Vaticano.
El Camarlengo asume la administración temporal de la Iglesia, para efectos de coordinación y funcionamiento, pero no tiene autoridad para tomar decisiones sobre dogmas o cuestiones de la Fe.
No obstante, antes también habrá una verificación clínica y/o forense de la defunción.
Anuncio
Una vez cumplidos los procedimientos de verificación, a los cuales además del Camarlengo también acuden los más cercanos colaboradores del Papa (secretario de Estado, prefectos de Dicasterios, secretarios y ayudantes, confesor), inicia la fase de notificación de la muerte a los fieles de todo el mundo a través de los medios de comunicación.
Del anuncio público se encargó en esta ocasión el Camarlengo Kevin Joseph Farrell, quien se presentó ante los medios de comunicación para informar sobre la noticia de la muerte del papa Francisco.
"Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar el fallecimiento de nuestro Santo Padre Francisco. A las 7:35 de esta mañana, el Obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre. Dedicó toda su vida al servicio del Señor y de su Iglesia", anunció.
También se sabe que tras los anuncios oficiales la Secretaría de Estado envía telegramas con la "mala nueva" a las Nunciaturas Apostólicas, a las embajadas acreditadas en la Santa Sede, a los gobiernos, a los organismos internacionales, a las otras Iglesias y a las Conferencias Episcopales.
Ritual fúnebre
Según la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, los rituales fúnebres para despedir a un Papa deben corresponder a los del Jefe del Estado Vaticano, guardando la solemnidad, protocolo y nivel de personajes invitados.
Las primeras ceremonias fúnebres son privadas. Con la coordinación del Camarlengo y del Rector del Colegio Cardenalicio, son convocadas reuniones previas. El cuerpo del Papa es vestido con los ornamentos litúrgicos, habitualmente sotana blanca, casulla roja y mitra blanca.
El cuerpo es expuesto en la Capilla Sixtina para el homenaje de los integrantes del Colegio Cardenalicio. Un día después, es trasladado al altar mayor de la Basílica de San Pedro, ubicado sobre un catafalco para empezar a ser homenajeado por los fieles que llegan desde todo el mundo.
Puede haber varios días de esa "Capilla Ardiente". El cuerpo permanece expuesto, a la vista. Luego, el catafalco con el cuerpo del Papa es llevado a la explanada de la Plaza de San Pedro para el Funeral de Estado, al aire libre y con la presencia de centenares de Jefes de Estado, jefes de gobierno y primeros ministros, así como todos los cardenales e invitados especiales.
La Misa Exequial Solemne es oficiada por el Decano del Colegio Cardenalicio, en esta ocasión el cardenal Giovanni Battista Re. Para ser sepultado, el cuerpo es metido en tres ataúdes (uno entre otro).
Un ataúd de ciprés, un ataúd de zinc y un ataúd de olmo o de nogal. Antes de cerrar el primer, se pone dentro una bolsa con medallas y monedas alusivas al Papado que ha terminado. También un documento oficial llamado “Rogito” que contiene textos con información de su vida y de su apostolado.
En procesión es llevado hasta el lugar donde será sepultado en ceremonia íntima (aunque con cobertura de prensa oficial vaticana). Como lo mencionamos, el papa Francisco expresó en vida su deseo de ser sepultado Santa María la Mayor de Roma.
El sellado final del féretro es con soldadura para garantizar condiciones sanitarias. Tras el sepelio, suele ocurrir que empieza la cuenta atrás para el Cónclave.