El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, regresó al poder como el ave fénix. Algunos esperaban un líder de izquierda moderado, pragmático e incluso democrático. No fue así. Los brasileños se equivocaron y la comunidad internacional también.
Defiende a dictaduras en la CELAC
En enero, Lula debutó ante la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Allí despotricó contra el bloqueo en Cuba, defendió a la dictadura en Venezuela y amorró sobre la persecución religiosa en Nicaragua.
El presidente de Brasil guardó un silencio fúnebre respecto a los asesinatos, desaparecidos y los más de 1,400 presos políticos que acumulan en su récord los tiranos de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Su menosprecio por la OEA
En su visita a Washington, el presidente Lula desnudó su total menosprecio por la Organización de Estados Americanos (OEA). No hubo foto de familia, sesión protocolaria o visita de cortesía. Nada.
El mandatario de Brasil repite la estrategia de México y Argentina. En sus visitas oficiales a la Casa Blanca, prefieren esquivar la Casa de las Américas, separadas por 3 cuadras de distancia. No perdonan a la OEA su recia crítica a las dictaduras de la Habana, Managua y Caracas. ¡Eso jamás!
Rousseff al frente del Banco BRICS
Durante su campaña Lula prometió no repetir los errores del pasado. No cumplió. Al contrario, ha dado su apoyo total a la destituida Dilma Rousseff para ocupar el liderazgo del Banco BRICS. Un mensaje fuerte y claro de su política exterior.
Su campaña en contra del dólar
Lula ha comenzado una inusitada cruzada para promover el fin de la supremacía del dólar como moneda líder del comercio mundial.
El líder del Partido de los Trabajadores ignora que la moneda no se cambia por decreto, que existe una economía robusta e instituciones sólidas que respaldan más de medio siglo de hegemonía del billete de Benjamín Franklin.
Del lado del agresor
Da Silva va a pasar a la historia. Será recordado por rechazar sancionar a Moscú, evitar ayudar a Kiev y subestimar la culpabilidad de Putin en la guerra de agresión contra Ucrania.
Gravemente confundido. Incluso antes de ser electo presidente de Brasil, Lula confesó a la revista Time que Zelensky y Putin comparten responsabilidad sobre la guerra en Ucrania.
Críticas a Estados Unidos y Europa
Creando malas relaciones. En su visita a China el presidente de Brasil responsabilizó a Estados Unidos y Europa de incentivar la guerra en Ucrania. Quiso corregir. Fue demasiado tarde.
La Cumbre del G7
El presidente Lula perdió una oportunidad de oro. En la Cumbre del G7 en Hiroshima, pudo reafirmar su compromiso con la paz y el respeto a la soberanía de Ucrania. No lo hizo. Las excusas vinieron después.
La reseca de esta caipiriña política deja mucho que desear y apenas se completan los primeros seis meses de la trilogía del presidente Lula en el Palacio de Planalto. Veremos.
El autor es periodista exiliado, exembajador ante la OEA y exmiembro del Cuerpo de Paz de Noruega (FK).