Las mujeres son afectadas por los impactos del cambio climático de manera desproporcionada. Al mismo tiempo, sus conocimientos y experiencias las convierten en guardianas de los recursos naturales y en líderes de implementación de estrategias de mitigación y adaptación.
Las mujeres son indispensables en la lucha contra el cambio climático, sin embargo, a menudo pasamos por alto sus valiosos aportes y olvidamos su vulnerabilidad frente a los impactos de este fenómeno global.
En muchas partes del mundo, ellas son responsables de la producción de alimentos y la gestión de los recursos hídricos. Sin embargo, se enfrentan a una serie de desafíos, desde la pérdida de cosechas debido a condiciones climáticas impredecibles hasta la falta de acceso a agua limpia y segura.
Por ejemplo, según Naciones Unidas, “las mujeres agricultoras representan entre el 45% y el 80% de toda la producción de alimentos en los países en desarrollo” y por lo tanto sufren de manera directa las sequías extremas y las inundaciones que acaban con sus cultivos y con su fuente de ingresos y de alimentación.
Al mismo tiempo, asegura Naciones Unidas, las mujeres son excluidas con frecuencia en la toma de decisiones sobre el acceso y el uso de la tierra y los recursos críticos para sus medios de vida.
Debemos aprovechar su profundo conocimiento y experiencia en la gestión de los recursos naturales y la agricultura para desarrollar soluciones innovadoras y sostenibles para enfrentar los desafíos ambientales.
Debemos garantizar a las mujeres rurales derechos como seguridad alimentaria, el acceso no discriminatorio a los recursos y la participación equitativa en los procesos de toma de decisiones, como lo afirma Naciones Unidas.
Otro punto crítico del cambio climático en el que están involucradas las mujeres en la deforestación de los ecosistemas para conseguir madera para cocinar.
En muchos países, especialmente de África, la población depende de la madera y el carbón de leña para cocinar y hervir el agua. La tala de madera es una labor de las mujeres y con los niveles de deforestación existentes, cada vez tienen que ir más lejos a conseguirla, gastando en promedio tres horas del día en esta labor.
Frente a esta situación muchos empresarios estamos desarrollando proyectos de carbono en los cuales las familias más vulnerables adquieran estufas eficientes a un costo muy bajo y de esta manera reducir la cantidad de madera o carbón que utilizan, así como el tiempo que dedican a cocinar.
Estos proyectos se financian con la venta de los créditos de carbono producidos y mejoran su calidad de vida dejándoles tiempo libre para otras actividades como estudiar o cuidar a sus hijos y mejorar las condiciones del aire, previniendo enfermedades respiratorias.
Estás mujeres son líderes en la respuesta a desastres naturales y emergencias climáticas. Su capacidad para movilizar comunidades, organizar esfuerzos de rescate y proporcionar apoyo emocional y práctico es esencial para la supervivencia y recuperación de las comunidades afectadas. Sin embargo, a menudo se enfrentan a obstáculos como la falta de acceso a recursos y la discriminación de género en la toma de decisiones.
Solo al empoderar a las mujeres y aprovechar plenamente su conocimiento, experiencia y liderazgo podemos esperar hacer frente de manera efectiva al desafío del cambio climático.
Es hora de reconocer su papel vital como agentes de cambio en la lucha contra el cambio climático y trabajar juntos para construir un futuro más sostenible y equitativo para todos.