Debemos decidir entre una economía del viejo mundo o una que garantice la sostenibilidad de la humanidad y del planeta
Con el modelo económico liberal basado en la rentabilidad de mercado, dominante desde hace 300 años, la humanidad ha experimentado un desarrollo y crecimiento sin precedentes, impulsado por avances tecnológicos, industrialización y aumento de la población.
Sin embargo, este progreso desenfrenado ha llevado a un impacto ambiental devastador, poniendo en riesgo la sostenibilidad del planeta que habitamos.
Por eso, es imperante un cambio de paradigma y de modelo económico. Necesitamos adoptar un enfoque basado en la sostenibilidad, que considere los límites de los recursos naturales y promueva una economía circular y baja en carbono.
Lograr ese cambio implica un compromiso global, la colaboración entre gobiernos, academia, ciudadanos y especialmente, comunidades que se empoderen y sean capaces de doblegar mercados y gobiernos que todavía pretenden mantener modelos económicos antiguos donde los beneficios son solo para unos cuantos.
¿Cuál es el camino para lograr el cambio de paradigma?
En 2015, con la aprobación por la Asamblea General de la ONU de la Agenda 2030, los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible - ODS y el Acuerdo de Paris adoptado por 196 países, la humanidad logró acuerdos esperanzadores para hacer una transición armónica entre la visión clásica de la economía y la mirada holística que necesitamos para asegurar la supervivencia del planeta y el progreso equitativo y armónico de la humanidad.
Los ODS tienen un objetivo simple: un plan compartido para la paz y la prosperidad para las personas y el planeta, ahora y en el futuro; y se pueden lograr con un enfoque reflexivo para reconstruir una economía balanceada y sostenible.
Igualmente, el Acuerdo de París busca garantizar que para el 2050 todas las emisiones de gases de efecto invernadero estén equilibradas por sumideros que absorban esos mismos gases, de manera que la temperatura del planeta no aumente más de 1,5 °C.
Este acuerdo hecho en Paris equilibra el mercado haciendo que los países más desarrollados y contaminantes tengan que acudir a los menos desarrollados pero ricos en sumideros de carbono y biodiversidad, y deben pagar un precio alto para compensar el daño ecológico que le están haciendo a nuestro planeta. El pago se hace a través de apoyo financiero, tecnológico y creación de capacidades.
Este nuevo modelo está en construcción y requiere del aporte y el trabajo conjunto de líderes, de los sectores académico, público y privado, y de la sociedad civil.
Los acuerdos de Paris son una oportunidad sin precedentes y el cambio de paradigma, sin lugar a duda, es un potente acelerador.
Por eso, desde este espacio que me da NTN24, mi objetivo es dar un punto de vista real pero optimista, porque creo firmemente que como humanidad tenemos la capacidad y el espíritu para construir un mejor planeta para todos nosotros y para las generaciones futuras.