¿Crisis en Science Based Targets Initiative? Un llamado a la acción climática global

El reciente artículo del Wall Street Journal sobre los desafíos que enfrenta la iniciativa Science Based Targets (SBTi) es un recordatorio preocupante de las complejidades en la lucha contra el cambio climático. Fundada en 2015 como una colaboración entre el CDP, el Pacto Global de las Naciones Unidas, el Instituto de Recursos Mundiales (WRI) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), el SBTi nació para guiar a las empresas en la definición de objetivos climáticos basados en la ciencia. Su misión ha sido fundamental: alinear las estrategias corporativas con los límites planetarios establecidos en el Acuerdo de París.

Sin embargo, este pilar clave de la acción climática enfrenta ahora su mayor crisis: cuestionamientos sobre su gobernanza, renuncias internas y un acalorado debate sobre el papel de los créditos de carbono como herramienta de transición. Las consecuencias son profundas, no solo para el SBTi, sino para los miles de empresas y actores globales que dependen de sus estándares para guiar sus compromisos climáticos.

El debate central radica en el uso de créditos de carbono. Desde su fundación, el SBTi promovió la idea de que los créditos no deberían sustituir la reducción directa de emisiones. Sin embargo, el cambio de postura hacia una posible aceptación de estos instrumentos ha generado un cisma dentro de la organización, con críticas de actores clave como H&M y la salida de su director ejecutivo. Esto refleja una dicotomía más amplia en la comunidad climática: mientras todos coincidimos en la dirección que debemos tomar, seguimos atrapados en debates sobre el camino.

¿"Carbono sí o carbono no"? Esa no es la pregunta correcta. Los créditos de carbono no son una solución mágica, pero han sido una herramienta esencial durante más de dos décadas. El verdadero desafío es mejorar su transparencia, eficacia y equidad para maximizar su impacto positivo. Como dijo el Secretario General de la ONU, António Guterres: necesitamos "todo, en todas partes, al mismo tiempo". Esto incluye los mercados de carbono, pero también acciones directas, financiamiento climático y políticas regulatorias ambiciosas.

En este momento de crisis, el SBTi necesita una reforma estructural para recuperar credibilidad y mantener su posición como estándar de oro en la acción climática. Su capacidad de adaptarse determinará si puede seguir siendo un actor relevante en un mundo donde los desafíos climáticos no esperan.

La lección para todos los actores climáticos, desde empresas hasta gobiernos, es clara: debemos dejar de lado debates estériles y enfocarnos en soluciones prácticas. Si 2025 marca el punto de inflexión para la evaluación del Acuerdo de París, entonces ahora es el momento de actuar con determinación. Los mercados de carbono son una herramienta, no el enemigo. Mejorémosla, potenciémosla y utilicémosla como parte de un enfoque integral que movilice los billones necesarios para frenar la crisis climática.

La acción climática es una responsabilidad colectiva. Es hora de colaborar, innovar y, sobre todo, avanzar con urgencia. Pasemos del debate a la acción.