"Nuestro país está muy feo": la historia de Karliaynis, una niña venezolana que logró entrar a EE. UU.
En medio de la extensa fila de migrantes de camino a Piedras Negras, México, la espontaneidad de una niña venezolana robó nuestra mirada.
“Un apoyo. Es que nuestro país está feo. Si tú tienes cuatro niños no te alcanza ni para una patata, no te alcanza pa un arroz, un pollo. Este, y así pues, nuestro país está muy feo”, comenta la pequeña.
Esta niña, en plena edad de cambio de dientes de leche, tiene claro su deseo. “Yo quiero una mejor vida para mí y para mis papás (…) Yo quiero llegar a los Estados Unidos para estar bien, para dormir bien, para descansar”.
El camino ha sido agotador. Su mirada es inocente, su sonrisa auténtica. Se toma las manos nerviosa ante una cámara donde cuenta una verdad de un drama inocultable. Su nombre, aunque poco común, suena hoy con fuerza.
“¿Cómo te llamas, mija?”, le pregunta el equipo periodístico. “Karliaynis”, responde.
Como ella, otras familias avanzan de la mano bajo el sol inclemente. Vienen de países como Guatemala, El Salvador y Nicaragua.
Son caminos terrosos, en donde los niños siguen el paso de los grandes con una ilusión en su corazón.
Los migrantes agradecen las ayudas de voluntarios y el apoyo de organizaciones religiosas. El agua es un aliciente que los adultos buscan para los niños y darles algo para reemplazar un tetero sucio.
Más adelante, el equipo periodístico de NTN24 volvió a encontrar a Karliaynis, esta vez en suelo estadounidense. Lo logró en compañía de sus padres.
Seguramente ahora, en manos de las autoridades fronterizas, podrá llegar a un lugar para descansar, jugar, estudiar, lo que deben hacer los niños.
Desde la distancia, Karliaynis levanta su pulgar, en señal de que ahora todo está bien.