La sala de la Filarmónica de Nueva York se reformará
Atrás quedaron los oscuros tiempos de la pandemia para la Orquesta Filarmónica de Nueva York que, tras confinarse en el streaming, ahora acelera los trabajos para renovarse y mejorar su sala de conciertos con una nueva acústica.
Cuando la sala de conciertos David Geffen quedó en silencio en marzo de 2020, la compañía, en asociación con el Lincoln Center, el famoso centro cultural de Manhattan, no se lo pensó dos veces y decidió acelerar la reforma para ganar dos años y poder abrir el próximo octubre.
El gran proyecto, para el que se recabaron 550 millones de dólares en donaciones, entre ellas las de David Geffen, el magnate que da nombre a la sala de conciertos abierta en 1962, convirtió al espacio en algo totalmente irreconocible.
Más de 600 obreros multiplican los turnos seis días a la semana para transformar al edificio en un espacio cultural con una acústica mejorada y un diseño más accesible.
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"Fue una situación única", dice a la AFP la directora de la Filarmónica, Deborah Borda, al explicar que se llevaba hablando de la reforma desde 1995.
"Haremos algo positivo de este desastre", reconoce.
El nuevo edificio tendrá un vestíbulo el doble de grande, un estudio para actuaciones que será visible desde la calle, y una mejora de la acústica que será posible gracias al nuevo revestimiento de las paredes y la elevación del techo.
La renovación reduce el aforo de 2.738 a 2.200 personas, pero mejorará la visibilidad para prácticamente cada butaca. Algunos espectadores estarán detrás de la orquesta, lo que ofrecerá una mirada íntima de los músicos y su director.
El escenario contará con un sistema hidráulico que permitirá elevar secciones y diferentes configuraciones para las actuaciones.
INFORMACIÓN AFP