India enfrenta grave crisis por contaminación del aire
A finales de octubre, una espesa capa de esmog envolvió la ciudad, marcando el inicio de lo que se ha denominado un "episodio peligroso" de contaminación. Este fenómeno es recurrente durante los meses de invierno, cuando la calidad del aire empeora drásticamente, y este año, las cifras han sido particularmente preocupantes.
Según los informes, los niveles de micropartículas (PM2.5), las más peligrosas para la salud humana, alcanzaron niveles 68 veces superiores al límite máximo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Expertos señalan que la quema de residuos agrícolas en los estados vecinos de Punjab y Haryana es una de las principales causas de la persistente contaminación en Nueva Delhi. A medida que los agricultores queman los restos de las cosechas para preparar la tierra para la siguiente siembra, enormes nubes de humo se desplazan hacia la capital, contribuyendo significativamente a la alta concentración de partículas finas en el aire.
Otros factores como el tráfico vehicular masivo, la actividad industrial sin restricciones, y el uso de combustibles sólidos en la cocina de muchos hogares contribuyen también a la alta contaminación.
Ante la creciente crisis, las autoridades de Nueva Delhi han intentado varias medidas para mitigar los efectos de la contaminación. Este año, por ejemplo, se implementó una prohibición de fuegos artificiales durante las festividades de Diwali, uno de los momentos del año en los que la contaminación alcanza niveles más peligrosos debido al uso masivo de pirotecnia. Sin embargo, las restricciones impuestas en el pasado han sido con frecuencia ignoradas, lo que pone en evidencia las dificultades para lograr un cambio real en el comportamiento de la población.
Expertos indican que la clave para reducir la contaminación en la ciudad radica en la cooperación entre los diferentes niveles de gobierno, la aplicación estricta de políticas ambientales, y un cambio en el comportamiento de la ciudadanía.
Además señalan que la quema de residuos agrícolas, en particular, requiere una solución integral que involucre tanto a los agricultores como a las autoridades locales, para ofrecer alternativas más sostenibles y menos contaminantes para la gestión de los desechos.