Un mural que enfrenta al chavismo con el barrio más grande de Venezuela: "No podrán borrar nuestra dignidad"
Hasta hace unos años, el barrio San Blas de Petare, el más grande de Venezuela y América Latina, estaba estigmatizado con las etiquetas de delincuencia, homicidios, caos y pobreza.
Pero una iniciativa de vecinos conscientes transformó la realidad: comenzaron removiendo la basura, recuperando espacios, pintando las paredes, y el ruido fue tan grande que se fueron sumando voluntades de artistas plásticos, cronistas, pintores y hasta diplomáticos.
En siete años se han realizado unos 40 murales -en calles y canchas- ayudados a pintar por niños que parecían irremediablemente destinados a la delincuencia. Esto hizo que los vecinos se sintieran protectores orgullosos de su entorno.
Sin fines políticos, ni consignas de propaganda, la iniciativa puso color a San Blas, que de pronto recibe visitas de todas partes para conocer una maravillosa obra ciudadana.
Pero esta semana la situación parece haber dado un giro.
Un grupo de la organización del gobierno conocida como Misión Barrio Nuevo, Barrio Tricolor, llegó a la comunidad y comenzó a pintar los 40 murales que adornan la barriada.
Katiuska Camargo, líder indiscutible de la movida urbana, quedó pasmada ante esta acción arbitraria.
Ante su indignación explica: "No lo hicimos para dañar, sino para sumar, para dignificar. Tengo mucho quedándome callada, poniendo en práctica lo que he aprendido en el mundo del activismo y los derechos humanos. Pero dije ya, tengo que alzar la voz, esta gente nos quiere borrar".
Enfrentó a los arbitrarios y exigió una explicación y hasta ahora ha sido la misma: “Son órdenes de arriba”, le dicen.
Sin embargo, la indignación se fue apoderando de la comunidad y obligaron al Consejo Comunal a atender el reclamo y hacer asambleas para decidir el destino de los murales.
"Rasparon el muro de resiliencia, la gente del Psuv", comenta Katiuska.
Cuenta que soportó la humillación hasta que vio a los jóvenes llorar frente al muro. "Los muchachos estaban consternados por lo que estaba pasando. Cuando vi a los muchachos llorar yo dije; con mis muchachos no se meten".
La tensión fue tal que llegó la policía al lugar, una comisión de derechos humanos del Psuv, funcionarios de la alcaldía de Sucre (que controla el chavismo), habitantes del sector y curiosos.
De todos los murales, uno de los más valiosos es “el mural de la resiliencia”, por lo que se detuvo la intervención y hasta ahora se sigue discutiendo en asamblea el destino del mismo.
Los propios jóvenes han viralizado videos reclamando y leyendo sus derechos constitucionales ante las supuestas autoridades.
"Somos testigos de que el #ElPoderDeLaEscoba y del #muralismo es real. Que sí funciona para recuperar espacios y promover la convivencia. Esa memoria ciudadana es indeleble", escribió el portal de crónicas ciudadanas Historias que Laten.
Hasta ahora, Katiuska y los vecinos intentan defender lo que tanto ha costado.
Aquí alguno de los registros fotográficos mostrados por HQL: