"Tengo una misión y todavía no la termino. Fue una obra de Dios": María Tapia, sobreviviente de las inundaciones en Texas
El número de víctimas mortales de la inundación repentina del 4 de julio que asoló una franja de Hill Country en Texas aumentó el miércoles a 119, muchas de ellas niños, mientras los equipos continúan buscando entre montones de escombros sepultados de lodo a 161 personas desaparecidas.
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La mayor parte de las víctimas mortales y la búsqueda de más víctimas se concentraron en el condado de Kerr y en su capital, Kerrville, una ciudad de 25.000 habitantes transformada en zona de catástrofe cuando las lluvias torrenciales azotaron la región a primera hora del viernes, inundando la cuenca del río Guadalupe.
Cientos de familias que lograron sobrevivir lo perdieron todo durante la tragedia. El hogar de los Tapia, por ejemplo, desapareció luego de que el río Guadalupe se desbordara sin aviso.
María Tapia, sobreviviente de las inundaciones en el condado de Kerr, se conectó virtualmente al programa La Tarde de NTN24 para hablar sobre su complicada experiencia.
Tapia, que dijo haber estado "en shock" durante las primeras entrevistas que dio, indicó que pese a que fue un escenario "muy duro" ha logrado relajarse con el transcurso del tiempo luego de que las alarmas la despertaran a las 3:00 a.m. del viernes cuando ocurrió la tragedia.
"Empecé a escuchar la lluvia muy fuerte, truenos, relámpagos (…) de repente empecé a oír como si piedritas empezaran a golpear mi ventana", narró Tapia, que a su vez contó que se levantó tras escuchar que el agua de su inodoro se estaba desbordando y en ese momento se dio cuenta que el agua le llegaba a los tobillos, por lo que despertó a su esposo.
"Felipe, nos estamos hundiendo. Párate, mira, hay mucha agua, y él estaba medio dormido", relató la invitada sobre el suceso en el que se encontraban "desorientados" al ver que por las ventanas y paredes también estaba ingresando el agua a la propiedad.
"Cuando mi esposo logra abrir la puerta, se nos vino toda el agua, toda la que estaba afuera se nos metió, nos echó para atrás un poco", explicó, agregando que su esposo la agarró "con todas sus fuerzas" para salir de la casa.
Una vez afuera se resguardaron en su camioneta, pero al percatarse que el nivel del agua estaba cada vez más alto decidieron irse, y pese a que su esposo fue por otro vehículo que tenían para lograr escapar, al final decidieron huir corriendo junto a tres vecinos más con dirección hacia una parte más alta donde el agua ya no los alcanzaba.
"Perdimos unos amigos muy queridos, de mucho tiempo que los conocemos. Papás de una niña que yo la quiero como si fuera mi hija y también otros amiguitos que perdieron su casa, se les metió el agua y estuvo a punto de llevarse con todo y casa a la familia completa", puntualizó Tapia antes de referenciar que "nunca había pasado" algo similar allí.
"Yo tengo una misión y todavía no la termino, entonces Dios sabe el porqué. Ahora veo que esto fue una obra de Dios, porque si yo me hubiera quedado dormida 10 minutos como me trataba de quedar dormida, no hubiéramos salido (…) fue obra de Dios", concluyó.