¿Qué pasó con la macabra calle del 'Bronx' en Bogotá?
Siete años después de que las autoridades locales en cabeza del entonces alcalde, Enrique Peñalosa, recuperaran este sitio anteriormente controlado por bandas criminales dedicadas al microtráfico de estupefacientes, el reportero conversó con algunos habitantes de calle, testigos de las macabras actividades que se realizaban en la clandestinidad.
Luis Alberto Díaz, Maleja Sánchez y José Miguel Rodríguez son tres ciudadanos que años atrás conocieron el 'Bronx'.
“Todo el mundo gritaba, pepas, marihuana, bichas, era como una plaza de mercado, todo el mundo ofertando y ofreciendo lo que tenían”, cuenta Maleja una joven mujer quien hace algunos años decidió abandonar la adicción de las drogas al darse cuenta de que se había alejado de su familia.
“Allí se podía entrar a comprar marihuana, sentarse en un sofá para quitarle las pepas a la marihuana antes de consumirla. Incluso se conseguían hasta armas". También presenció otra clase de delitos.
“Las niñas eran explotadas sexualmente por drogas a cambio de una bicha o de una pepa. Eran niñas que se prostituían incluso junto con su mamá”.
Al peligroso lugar ubicado a pocas cuadras de la Casa de Nariño y del Congreso ni siquiera podía entrar la policía. Para poder liberar el lugar del crimen organizado, fueron realizadas arriesgadas labores de inteligencia que tardaron alrededor de un año.
Relatan testigos que allí mandaban los “Sayanines” que controlaban la entrada y salida de clientes frecuentes de drogas como marihuana, cocaína, ácidos, Popper y bazuco.
José Miguel Rodríguez, aún hoy en día habitante de calle dice que todavía visita frecuentemente la vieja calle para rezar por las almas de los que allí murieron. Mientras Luis Alberto Díaz, recuerda que a sus 8 años veía en esa calle cosas muy extrañas; gente tirada en el piso y caminando como zombis, cosas que él no entendía y que su padre fue quien le enseñó a verlas y le decía con insistencia: ¡Mire el peligro de las drogas!
Dentro de dos años según Margarita Díaz, directora de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño el lugar será un centro de talento creativo, la alcaldía local de los Mártires y una nueva sede del Servicio Nacional de Aprendizaje, Sena.