Protesta de "chalecos amarillos" pierde fuerza en su quinta jornada en París
La protesta de los "chalecos amarillos" en Francia registró este sábado una baja significativa de participación en su quinta edición consecutiva, en la que aunque hubo algunas cargas policiales no se produjeron las escenas de guerrilla urbana anteriores.
El último balance del Ministerio del Interior destacó que en todo el país hubo 66.000 manifestantes y, solo en París, unos 4.000, frente a los 136.000 y 10.000, respectivamente, de hace siete días.
También menor fue el número de detenidos y heridos. La Prefectura de Policía de París indicó que en la capital hubo siete heridos y 168 arrestados, de los que 115 quedaron bajo custodia, en comparación con los 96 heridos y 1.082 detenidos, de los que más de 900 quedaron bajo arresto, de la cuarta jornada.
La posibilidad de que se repitieran altercados hizo que el Ejecutivo movilizara a 8.000 agentes y 14 vehículos blindados en París.
Los Campos Elíseos y la Plaza de la Ópera Garnier, epicentros de la marcha parisina, estuvieron especialmente vigilados, con registros en los accesos y el cierre de las líneas de metro aledañas y de algunos museos y comercios por seguridad.
Este sábado era un día clave después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, anunció el lunes un conjunto de medidas para mejorar el poder adquisitivo de los ciudadanos que le costarán a las arcas públicas unos 10.000 millones.
Un alza de cien euros mensuales del salario mínimo, la anulación de la subida de las cotizaciones para las pensiones inferiores a los 2.000 euros, la exención de impuestos y de cotizaciones para las horas extra y la petición a las empresas de una prima voluntaria de "fin de año" forman parte de las concesiones.
"Migajas", denunciaron los manifestantes, que en sus panfletos subrayaron que "quien siembra miseria cosecha cólera".
Los "chalecos amarillos", que mantuvieron su primera protesta nacional el 17 de noviembre contra el aumento de la tasa sobre el carburante, ya anulado, han sumado reivindicaciones como una bajada de los impuestos sobre los productos de primera necesidad o un "referéndum de iniciativa ciudadana".
"Exijamos el derecho de votar nosotros mismos nuestras leyes para que sean más justas y estén basadas en la voluntad del pueblo", dice ese último reclamo, acompañado hoy de nuevo de lemas como "Macron, dimisión".
El presidente consideró este viernes, en rueda de prensa posterior a la cumbre europea de Bruselas, que ha oído "de forma sincera" lo expresado en las calles y ha aportado respuestas a corto plazo y "a través de la voluntad de la organización de un diálogo y de una mayor vitalidad de nuestra democracia".
A ello se añade la confirmación, difundida ayer, de que el aumento del 0,4 % previsto para los salarios de los funcionarios a partir de enero no se aplicará a los del jefe del Estado, el primer ministro y los ministros.
El portavoz gubernamental, Benjamin Griveaux, les había pedido anular la protesta ante la situación excepcional que vivía el país, en alerta máxima tras el atentado del martes en Estrasburgo, con cuatro muertos y 12 heridos, perpetrado por un yihadista que fue abatido el jueves.
Pero superado ese episodio, los "chalecos amarillos" dicen estar dispuestos a continuar la protesta.
"Seguimos por nosotros y por el futuro de las próximas generaciones", resume a EFE Jérôme Jumeaux, llegado del departamento de Seine et Marne, en las afueras de la capital, que prevé participar en la sexta, el próximo sábado, cuya convocatoria ya circula por las redes sociales.
Como el sábado pasado, la tensión comenzó a aumentar al final de la jornada.
"Las fuerzas de seguridad están agotadas. No solo están movilizadas en todos los frentes, sino que también quedarán en gran parte excluidas de las medidas destinadas a mejorar el poder adquisitivo", dijo hoy en "Le Figaro" el dirigente del sindicato policial Synergie-Officiers, Patrice Ribeiro.
El impacto también se ha notado en el sector comercial. El presidente de la Confederación de Comerciantes de Francia, Francis Palombi, consideró que está siendo "una verdadera catástrofe", con una caída de la facturación de entre "el 40 y el 70 %", según el gremio.
El ministro francés del Interior, Christophe Castaner, solicitó en Twitter que los "chalecos amarillos" liberen las rotondas y la seguridad vuelva a ser la regla, y pidió que el diálogo una a partir de ahora a quienes quieren transformar el país.
Colaboración EFE
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