Diez años del anuncio de la muerte de Chávez: Algunos mitos y curiosidades
“A las 4y25 de la tarde de hoy 5 de marzo ha fallecido el comandante presidente Hugo Chávez Frías”. Con la voz entrecortada, Nicolás Maduro anunció en cadena nacional de radio y televisión lo que ya se sabía de manera extraoficial: El líder de la “revolución bolivariana” había muerto.
Al pronunciar estas palabras, Cilia Flores escondió su llanto bajando la cabeza y dejando que su cabello le cubriera la cara. Maduro fue breve; directo. Y a partir de ese momento el país se cubrió de un ambiente lúgubre y silencioso. Lo impensable para sus fanáticos había ocurrido y había temor en el resto del país de esa herida entre los rojos.
Aunque habían pasado 20 meses desde que el propio Chávez anunciara que padecía de cáncer, él y su entorno intentaron hasta último minuto proyectar una imagen invencible. Jamás se dijo con precisión dónde había aparecido el tumor. De esto apenas se supo que era en la zona pélvica.
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Chávez confió su tratamiento a la medicina cubana y, en el proceso, él mismo daba parte de su evolución, contó cómo salió de su intervención quirúrgica, apareció en televisión trabajando con el rostro inflamado y sin cabello por las quimioterapias, bromeaba sobre su enfermedad; se lanzó como candidato a la campaña presidencial, bailó, saltó y ganó la contienda. Era el “titán” en la cúspide de su liderazgo, según lo bautizó un vocero de la encuestadora Datanálisis.
Pero en diciembre de 2012 esa percepción de inderrotable dio un giro: en lo que fue su última alocución pública, Chávez encadenó a los medios para anunciar que el cáncer había reaparecido y que iría a operarse nuevamente en Cuba, por lo cual ordenaba a sus seguidores apoyar a su vicepresidente Nicolás Maduro si algo fatal le sucedía.
Varios mitos se tejieron de aquel acontecimiento y hasta el día de hoy no solo permanecen sino que cobran más fuerza.
1 LA FECHA DE SU MUERTE.
“Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”, dijo Albert Einstein. Una frase que aplica a la creencia generalizada de que Chávez no murió en marzo, sino en diciembre. Todo el mundo en Venezuela dice tener una fuente que le garantiza que el fallecimiento se dio previo al año nuevo, creando así uno de los primeros mitos alrededor del fallecido presidente.
2. LA FOTO CON EL GRAMMA.
Desde que Chávez partió a la Habana no se le vio más. De hecho, la no aparición pública hizo que se tejieran todo tipo de especulaciones y esto obligó a que el 15 de febrero del 2013 el régimen publicara, como fe de vida, una foto de su líder en cama, pero sonriente, acompañado de sus dos hijas leyendo el diario cubano Granma. Analistas, opinadores, médicos y periodistas hicieron todo tipo de análisis sobre la verosimilitud de la gráfica, al tiempo que surgieron todo tipo de montajes o lo que hoy se llaman “memes”.
3. EL REGRESO A VENEZUELA Y LA ENFERMERA TESTIGO
La foto con el Granma no fue suficiente para calmar las especulaciones sobre la gravedad del mandatario o su posible muerte. Tres días después de esa fotografía, el chavismo anunció el regreso de su líder, pero no tenía imágenes para mostrar.
La información oficial era que Hugo Chávez seguiría su tratamiento en el Hospital Militar Carlos Arvelo en Caracas. Sus seguidores celebraban, pero el escepticismo era general. Una imagen que pasó a la historia es la de una enfermera del hospital que se identificó ante las cámaras de VTV como Dubrasca Mora quien aseguró haberlo visto. “Nuestro presidente llegó caminando” y el público frente al Hospital gritaba de emoción. Veinte días después, se anunció la muerte.
4. EL ATAÚD
Tras anunciarse la muerte del caudillo, el mundo entero puso la mirada en Venezuela. Ningún detalle de aquel acontecimiento era pasado por alto ante las cámaras que captaron el momento en que, frente al Hospital Militar, la hija de Chávez despedía el ataúd del mandatario que recorrería las calles de Caracas durante siete horas hasta la capilla ardiente en la Universidad Militar, en Fuerte Tiuna.
Se desconoce quién fue el primero en advertir que el ataúd que salió del Hospital era distinto al que exhibía el cuerpo del fallecido presidente en el funeral. Unos aseguran que el cuerpo fue cambiado de caja, y otros dicen que por seguridad nunca el cadáver de Chávez recorrió Caracas, para evitar un bochorno en caso de que la avalancha de partidarios alrededor de la caravana, intentaran tocarlo sobrepasando la seguridad.
5. EL VELATORIO
Cuando fue anunciado que Chávez sería velado en capilla ardiente para que cualquiera pudiera despedirlo, se hicieron kilómetros de filas de curiosos y fanáticos. Cualquier persona podía gastar hasta un día de cola para echar un vistazo de no más de un segundo al cadáver. La seguridad era celosa de que nadie llevara cámara o teléfono, y de que los curiosos abandonaran el lugar rápidamente.
6. LA MOMIFICACIÓN
Nicolás Maduro fue el primero que anunció la intención de embalsamar el cadáver de Hugo Chávez. Era evidente que la cantidad de personas que se acercaron a la capilla ardiente obligó a prologar los días de la exhibición. Fue el propio Elías Jaua quien admitió que la “avalancha popular” los había rebasado y al finalizar del evento salió Maduro nuevamente a informar que sería enterrado en el Cuartel de la Montaña. Habían pasado 12 días y era demasiado tarde para momificarlo cuando se tomó la decisión. “El cadáver se les había podrido”, dijo un día el periodista Nelson Bocaranda, quien manejó información exacta desde que Chávez enfermó.
7. ENTRERRADO EN UN MAUSOLEO
Chávez fue finalmente enterrado el 17 de marzo en el Cuartel de la Montaña ubicado en Monte Piedad, en la popular parroquia 23 de Enero de Caracas, donde el arquitecto Fruto Vivas construyó la “Flor de los Cuatro Elementos”. Sus restos descansan en una monumental tumba de mármol que se puede visitar de martes a domingo, aunque algunos conspiranoicos aseguran que en un evento de absoluta intimidad, Chávez fue sepultado en su natal Barinas.
8. LA SUBASTA DEL VEHÍCULO FÚNEBRE
El vehículo usado para el acto fúnebre de Chávez fue solicitado en calidad de préstamo a Luis Fernando Arango, dueño de una funeraria colombiana, quien adaptó un Lincoln 98 con cristales transparentes que permitían ver el féretro. El propio Arango contó que seis meses después no había recibido su carro y finalmente apareció en la frontera colombo-venezolana. El Estado lo confiscó y lo subastó a un hombre por 45.000 dólares. Dado su valor histórico, sus dueños originales insistieron y lo volvieron a adquirir por 60.000 dólares.
Por Maryorin Méndez – NTN24