"A los estudios les preocupa el rechazo a una película por la posición política de un actor": crítico cinematográfico
La guerra de Israel con Hamás tensiona a Hollywood. Tras casi dos meses desde el inicio del conflicto, el debate público sobre el derecho de Israel a defenderse o el rechazo a la respuesta militar israelí y la protesta por las incontables bajas palestinas ha permeado la industria del cine.
Como en otras áreas de la sociedad, aquellos que se han posicionado a favor de Palestina han sido criticados por no respaldar a Israel, y algunos han sido tildados de antisemitas.
Los casos más emblemáticos, y que han trascendido, son los de las actrices Susan Sarandon y Melissa Barrera.
Sarandon denunció que su agencia, United Talent Agency, rescindió su contrato, y Barrera, que la compañía Spyglass la despidió y ya no aparecerá en la película ‘Scream siete’.
Actores, escritores, productores o agencias de talento se debaten sobre cómo ejercer la libertad de expresión y evitar represalias.
Algunos miembros de sindicatos han denunciado en los últimos días campañas de presión para respaldar públicamente a Israel, cuyas cartas públicas son firmadas –dicen–, solo con iniciales por temor a consecuencias profesionales.
Casi 4.000 artistas, según el diario Los Angeles Times, han pedido por temor a represalias que sus nombres sean retirados de una carta que pedía el alto al fuego en Gaza.
Algunos hablan directamente de censura, y de estar siendo silenciados por hablar sobre los derechos humanos.
¿Qué está pasando en Hollywood? ¿Hay un lobby judío detrás de estas denuncias?
André Didyme-Dome, máster en Comunicación y crítico cinematográfico, así como colaborador de la revista Rolling Stone en español, habló en Cuestión de Poder de NTN24 sobre este tema.
“Creo que a los estudios les preocupa el rechazo que los espectadores tengan sobre una película por la posición política de un actor, actriz o director”, consideró Didyme-Dome.