Una intensa ola de calor azota gran parte del planeta
Tras el aumento de la temperatura en el planeta de 1.2 grados Celsius, científicos y expertos vienen trabajando en investigaciones que señalan al viejo continente como uno de los más afectados por el sobrecalentamiento de la atmósfera e indican que en las temporadas de verano el clima cálido podría llegar a su máximo nivel.
Por su parte, Naciones Unidas y el sistema climático Copernicus advierten que el calor puede aumentar con el paso de los años por la acumulación de gases efecto invernadero y que a su vez pueden repercutir en las condiciones de salud de los seres humanos.
Los incendios forestales, a su vez, han sido una de las consecuencias más preocupantes para los expertos, debido a que los vientos cambiantes y la siembra de especies inflamables, logran hacer que las conflagraciones se propaguen más rápido consumiendo casi por completo hectáreas enteras.
En entrevista con Click verde de NTN24, Óscar Soriano, Científico del Consejo Superior de Investigaciones y del Museo Nacional de España explicó que esta problemática está ocurriendo, específicamente en España porque hay muchas zonas donde se han introducido una serie de especies que no deberían estar allí. Además, agregó que estas clases de arbóreos que se han plantado en estos lugares son especies que arden muy rápido y que además se recomponen en menos tiempo que las autóctonas.
Esto podría poner en peligro la supervivencia de ecosistemas enteros que dependen 100% de cuerpos de agua y que también poseen mecanismos de retención del preciado líquido que es utilizado para viviendas y empresas en el mundo. Soriano agrega que el ser humano debe tener conciencia del uso desmedido de los recursos hídricos y debe también fomentar la protección de dichos biomas con procesos como la adecuada reforestación.
“Reforestar implica que se creen determinados microclimas que son capaces de retener agua, que proviene de la lluvia, evitando la erosión, algo que es verdaderamente desastroso para nuestros embalses, nuestros ríos o nuestras zonas húmedas”, sugiere el investigador científico.