Las crudas revelaciones de un médico sobre la muerte de John F. Kennedy
En 1963, cerca de la Plaza Dealey, en Dallas, Texas, se vivió uno de los episodios más lamentables y recordados de la historia estadounidense: la muerte de John F. Kennedy.
El episodio, que ha sido materia de decenas de teorías conspirativas sigue siendo, en gran parte, de gran misterio.
Ahora, 57 años después, un médico que estuvo presente en la sala de emergencias del hospital Memorial de Parkland, al que llegó el expresidente, hizo crudas revelaciones sobre lo que se vivió en el recinto.
Durante el último encuentro virtual del Colegio Nacional de Médicos de Emergencias (ACEP), Terry Kowalenko, de la Universidad de Medicina de Carolina del Sur, habló sobre el tratamiento que recibió Kennedy para analizar si hoy en día se hubiera podido salvar al presidente 35 de los Estados Unidos.
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Joe Goldstrich, ahora médico retirado, participó en la reunión y aseguró que fue el más joven en estar en la sala de urgencias el día del suceso.
Al llegar a la sala de emergencias, el galeno notó que un agente del servicio secreto custodiaba la puerta. “Ingresé a la sala de emergencia al mismo tiempo que JFK llegaba en una camilla”, contó al portal especializado Medpage.
Goldstrich, que tuvo que detener de golpe su horario de almuerzo, aseguró que fue él quien ayudó a Kennedy a pasar de la camilla a la mesa de exámen y también colaboró en desvestirlo.
El joven médico luego observó el hueco en el cuello del presidente con el tamaño de una moneda de 10 centavos. “Yo no sabía nada de balística, así que no tenía idea de si era una lesión de entrada o de salida, y ni siquiera se me cruzó por la cabeza el asunto”, aseguró.
A pesar de su hallazgo, el Goldstrich no mencionó una sola palabra.“Así arruinaron la prueba forense: el informe de patología nunca reflejó el aspecto que tuvo el hueco”, añadió.
Luego de unos agitados minutos intentando salvar la vida del presidente, el médico tuvo que llevar un desfibrilador del tamaño de una nevera como pedido de sus superiores.
No obstante, luego de que llegara el aparato y en medio de un procedimiento de compresiones cardíacas, se escuchó una frase que cambió por completo el rostro de los presentes.
"Charlie, por dios, ¿qué haces? Su cerebro está esparcido por todos lados", dijo el neurocirujano Kemp Clark a Charlie Baxter, el director de emergencias.
Goldstrich reveló cómo reaccionó Jackie Kennedy, esposa del expresidente, ante las palabras de Clark.
“Vi la expresión de ella cuando escuchó lo que él dijo (...) Es otro momento que me quedó marcado a fuego en la memoria, desafortunadamente. Jackie estaba en shock, como un venado encandilado por las luces de un automóvil. La sorprendió que alguien hablara tan crudamente de lo que estaba sucediendo”, dijo.
Al médico se le preguntó sobre si Kennedy había llegado vivo al hospital, a lo que respondió que "es más que probable que ya estuviera muerto al llegar. No soy un experto en eso. Es sólo mi humilde opinión de amateur".
Redacción NTN24.com