"Decían que me iba a podrir ahí por tener tatuada una rosa": periodista Víctor Barahona describe su experiencia tras 11 meses encarcelado en El Salvador
Salvador lleva 16 meses bajo el régimen de excepción. Extendido 15 veces por el Congreso, a petición del presidente Nayib Bukele, los salvadoreños tienen restringidos sus derechos constitucionales. Es el precio que pagan para que el gobierno lleve a cabo la que describe como “guerra contra las pandillas”.
Bajo este régimen, las autoridades pueden detener arbitrariamente a cualquier persona bajo sospecha de pertenecer a una banda delincuencial o colaborar con ellas.
Según Amnistía Internacional, los detenidos enfrentan un proceso sin garantías, es decir sin la presunción de inocencia y el derecho a la defensa, lo que provoca detenciones arbitrarias y encarcelamientos masivos.
La ONG internacional asegura que entre los patrones identificados se incluyen detenciones en base a supuestas denuncias anónimas, la tenencia de tatuajes o de antecedentes penales previos de cualquier tipo.
Asimismo, se registra la celebración de audiencias exprés, la mayoría virtuales, en donde un juez de identidad reservada puede llegar a procesar simultáneamente hasta a 500 personas sin apenas pruebas que las impliquen en la comisión de un ilícito.
Y además de carecer de una defensa efectiva, los detenidos apenas tienen conocimiento de los cargos de la acusación. Nadie se libra. Tampoco los periodistas.
Es el caso de Víctor Barahona, quien el 7 de junio del año pasado se convirtió en el primer periodista conocido que fue encarcelado bajo el régimen de excepción.
La Policía Nacional se presentó en su casa y, tras registrarla, se lo llevó.
Pasó 11 meses en prisión donde enfermó, hasta el pasado mes de mayo, cuando fue liberado. Nunca pudo acceder a su expediente ni a las acusaciones.
Barahona habló sobre su experiencia en el programa Cuestión de Poder de NTN24. “No quiero que otro periodista viva el infierno que viví”. “Mi expediente tiene reserva, solo se que me acusaron de agrupaciones ilícitas”, manifestó.
“Me decían que estaban capturando a todo el mundo y que los están dejando seis meses detenidos”, mencionó.
Habló sobre su experiencia en prisión sobre la que afirmó que le dieron una ropa blanca al ingresar al penal donde fue recluido.
“Te dicen los que tienen tatuajes alusivos a pandillas pasen a un lado (...) Fue cuando conocí por primera vez en la vida un penal”, aseveró Barahona quien describió ‘el día a día’ en un centro penitenciario en El Salvador. “Es horrible, te dan mala comida y a veces sin razón se lanzan gases lacrimógenos”.
Mencionó que él tenía un tatuaje artístico, una rosa, y que por esa razón le decían que se iba a "podrir" ahí.
Definió además como un “infierno” su estancia en la cárcel y dijo que los reos son sometidos a castigos físicos y que no tienen suficientes accesos a servicios de salud.
