Supuesta espía rusa habría trabajado en embajada de EE. UU. en Moscú por más de 10 años sin ser detectada
Una supuesta espía rusa habría trabajado en la embajada de Estados Unidos en Moscú por más de una década sin ser detectada, de acuerdo con el diario británico The Guardian. El caso sale a la luz en un momento complicado para la administración del presidente Donald Trump, que ha pedido en reiteradas ocasiones que no se investigue la supuesta injerencia rusa en la elección presidencial de 2016.
La mujer empezó a generar sospechas a partir de 2016, durante una revisión rutinaria de seguridad conducida por el Departamento de Estado. Ahí se determinó que estaba teniendo encuentros irregulares y no notificados con miembros de la FSB, la inteligencia rusa.
El Departamento de Estado emitió una alerta durante enero de 2017, pero el Servicio Secreto no lanzó una investigación completa, prefiriendo despedir a la supuesta espía, poco antes de la expulsión de diplomáticos estadounidenses de Rusia por la imposición de sanciones económicas.
De acuerdo con las fuentes del diario británico, el Servicio Secreto intentó ocultar la brecha en la seguridad con el despido, no se notificó nunca al Congreso y tampoco se condujo una investigación interna para asesorar la situación.
Otra fuente dijo que podría haber una relación con la interferencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016 y que el consejero Robert Mueller debería investigar el caso, un panorama que no agradaría a Donald Trump, que ha calificado en reiteradas ocasiones las pesquisas como una cacería de brujas en su contra.
El Servicio Secreto es una agencia federal encargada de la protección de los líderes de EE. UU.. Un escándalo de estas proporciones dañaría profundamente su reputación y habría graves consecuencias para la seguridad de altos funcionarios. Aún se desconoce qué medidas tomará el gobierno estadounidense.
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