#EnFotos: Calles del Táchira son el estacionamiento más grande del mundo
Cae la tarde en la ciudad de San Cristóbal, cientos de familias coordinan quien quedará durmiendo dentro del vehículo, solamente con la esperanza de alcanzar 40 litros de combustible al día siguiente o días después.
Profesionales de todo tipo ya no acuden a sus trabajos con regularidad, se hace cada vez más aguda la dificultad para transportarse de un punto a otro en esta región andina limítrofe con Colombia.
Los docentes no escapan de esta situación que lleva al menos 10 años sin solución aparente. Tal es el caso de Alejandra Rosales, licenciada en Educación mención castellano y literatura, una profesora de educación media que además de ser golpeada por un sueldo casi inexistente ahora debe hacer sus necesidades fisiológicas en un recipiente de plástico cortado por la mitad, mientras espera, a kilómetro y medio de distancia de la estación de servicio en la que debería surtir.
Como muchos otros, Alejandra no se apegó a la convocatoria de paro nacional de educadores, no fue necesario, la situación para abastecerse de gasolina la obliga a estar de brazos cruzados.
Marcada con el número 244 esta es la séptima cola que hace, en las seis anteriores no logró alcanzar la meta de abastecerse, algunas veces llegó a pie a su trabajo, pero en un momento determinado decidió comprar 20 litros de gasolina, esto le costó 50 mil pesos colombianos. “En la calle no encuentras gasolina en bolívares”.
Resignada, pero sin acostumbrarse, Rosales optó por leer guías de estudio mientras cada tanto revisa el teléfono móvil para saber por medio de sus contactos sí llegará o no la cisterna de combustible a la estación de servicio que le corresponde.
“Orino en la parte de atrás de mi vehículo, no puedo orinar en la calle, traigo un botellón con agua para lavarme las manos y un termo con el cual me hidrato, no he comido, sí tengo suerte, alguien de mi familia me traerá más tarde algo de comer”, explicó Alejandra Rosales.
La docente admitió sentirse insegura pues el carro y ella quedan expuestos a cualquier peligro, según ella no se puede hacer más nada, porque sí llega a salir de la cola podría perder la posibilidad de surtir o quedar más cerca de la estación de servicio.
Desde el año 2010 el oficialismo aplicó un sistema automatizado de control para el abastecimiento de combustible con la promesa de acabar las colas en las estaciones de servicio, ¿la excusa?, erradicar el contrabando de extracción de hidrocarburos hacia Colombia; al pasar el tiempo la situación empeoró, las colas aumentaron drásticamente, la espera se ha hecho insoportable y el contrabando se mantiene intacto.
Al fallar el plan del Chip o TAG que asignaron a cada vehículo los voceros del régimen han optado por afirmar que “las colas se deben a las sanciones impuestas por el gobierno de Estados Unidos sobre Venezuela” y supuestamente por esta razón ahora se aplicará un censo de ubicación, en el cual los propietarios de los vehículos que residen en otros municipios no podrían acercarse a la ciudad de San Cristóbal para surtir.
Como Alejandra Rosales se encuentran centenares de profesionales, personas que ahora duermen en la calle, sometidos a cualquier peligro en estas agotadoras colas, que no les devolverá el tiempo perdido y tampoco la vida, a quienes ya han fallecido por causa de ellas.
Redacción NTN24 Venezuela - Rafael Urdaneta
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