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Viernes, 15 de noviembre de 2024
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Frontera

Cada detalle en la cumbre coreana fue milimétricamente medido, hasta la mesa en la que se sentaron

La mesa donde los líderes se sentaron a hablar medía 2.018 milímetros, para marcar el año en que se celebra la tercera cumbre entre los dos países.

La histórica cumbre entre las dos coreas estuvo cargada de simbolismo y gestos de acercamiento. Desde el cruce de Kim Jong-un a pie por la zona limítrofe, hasta los minutos que permanecieron sentados tranquilamente en un bosque cercano a la Casa de la Paz.

Las risas no faltaron

Luego de que Kim Jong-un pasó la línea divisoria, el presidente surcoreano, Moon Jae-in le preguntó cuándo sería el día en que él cruzara hacia el norte, a lo que el líder norcoreano respondió halándolo al otro lado de la frontera. Un acto que al parecer no estaba previsto.

"Una nueva historia comienza ahora, una era de paz"

Luego del primer encuentro los dos líderes entraron a la Casa de la Paz, donde firmaron un libro de visitas. “Una nueva historia comienza ahora, una era de paz”, fueron las palabras que Kim Jong-un dejó plasmadas.

Un personaje imposible de ignorar fue la hermana menor del líder norcoreano, Kim Yo-jong, quien estuvo a su lado prácticamente todo el tiempo.

Cada parte del encuentro estuvo cuidadosamente medida. Tanto así que la mesa donde los líderes se sentaron a hablar medía exactamente 2018 milímetros, solo para marcar el año en que se celebra la tercera cumbre entre los dos países.

"Estamos plantando paz y prosperidad"

Luego los líderes se dirigieron a una simbólica ceremonia para abonar y regar un pino, considerado una suerte de árbol nacional en los dos países.

El acto lo hicieron en el mismo lugar donde germinó un árbol en 1953, año en el que se firmó el alto el fuego entre los dos países. Las palas empleadas se han hecho con madera de un árbol típico del norte y con acero sureño y la tierra para abonar el árbol procede de los volcanes Halla y Paektu, los picos más altos y venerados a cada lado de la frontera.

En el lugar dejaron una placa conmemorativa con las palabras: "Estamos plantando paz y prosperidad".

Después de la ceremonia los protagonistas mantuvieron una larga charla en privado, sentados en dos pequeñas sillas por casi media hora. Los temas de los que conversaron siguen siendo un misterio.

Una cena llena de simbolismo

Sus esposas también se encontraron. Ri Sol-ju y Kim Jung-sook fueron invitadas especiales de la cena compartida por las dos naciones. El banquete inició con un cálido brindis dirigido por los dos líderes.

El menú incluía pescado a la parrilla de Busan, lugar donde creció Moon, acompañado de patatas rosti al estilo de Suiza, país donde se educó Kim.  Además de los infaltables fideos fríos, típicos de Pyongyang, la cuna del líder norcoreano.

Para cerrar con broche de oro las dos parejas presenciaron un show musical de piano acompañado de percusionistas coreanos tradicionales. Además, disfrutaron la proyección de los instantes más importantes de su encuentro.

El emotivo momento quedó sellado con la imagen de los dos líderes tomados de las manos, como símbolo de paz y unidad. Así se despidieron los mandatarios de la histórica cumbre, conocida por ser el primer paso hacia la reconciliación y la completa desnuclearización de la península.

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