Conozca la historia de uno de los bebés más pequeños en recibir un trasplante de corazón
La pequeña Naiara con tan solo 34 semanas de gestación venía luchando por su vida desde el vientre de su madre: nació prematura, con menos de dos kilos de peso, su pequeño corazón no respondía de la manera correcta y los médicos del Hospital Gregorio Marañón en Madrid empezaron a luchar junto a ella.
Su familia y los médicos que conocían el caso nunca perdieron la fe y el milagro sucedió, Naiara con dos meses de edad se convirtió en uno de los bebés más pequeños en recibir un trasplante de corazón.
El jefe del servicio de Cirugía Cardiaca Infantil del hospital, Juan Manuel Gil, relata que no estaban pensando en lo que este hecho suponía para la medicina, y lo único a contemplar era salvar la vida de la bebé.
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“Es lo último que piensas. Tienes a una bebé en una situación precaria, llaman, y lo único que ves es un ángel de la guarda que te está dando una oportunidad y te pones a trabajar pensando: Hay que salir de esta”, dice Gil.
El corazón donado a la pequeña Naiara pertenecía a un bebé que se encontraba en un hospital a miles de kilómetros de Madrid.
El corazón del bebé de poco más de 3 kilos dejaba de latir y en ese momento su familia decidió que su perdida fuera una oportunidad de vida para alguien más, por lo que donaron el corazón del niño a Naiara.
El equipo de cardiología del HGM se desplazó vía aérea para recibir el corazón donante, sin embargo, hacía falta superar dos obstáculos más: la incompatibilidad de los grupos sanguíneo y la asistolia, el corazón donante estaba detenido.
Fue una gran hazaña ya que el corazón del bebe fallecido estaba detenido, los médicos y cardiólogos del HGM lograron que el pequeño corazón volviera a latir.
Tras unas semanas en la UCI, Naiara ya ha sido trasladada a planta, donde se recupera y evoluciona favorablemente bajo los cuidados profesionales del Área del Corazón Infantil del Hospital Gregorio Marañón en Madrid.
“Y está bien, el pronóstico es bueno”, dice el cirujano, que hace una pausa y añade: “Esto, hace tres años, hubiese sido imposible”.
